Sheinbaum. Refundar la Cuarta Transformación
- fermarcs779
- Mar 25
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Xochitl Patricia Campos López
Aunque lo acontecido en Jalisco puede significar un profundo golpe contra el gobierno morenista, lo importante radica en el exhorto implícito del fenómeno Teuchitlán para refundar y cambiar el sentido social de la Cuarta Transformación. La coyuntura permite la posibilidad de una reingeniería para encontrar formas de gobernabilidad que permitan la independencia de la Presidenta de la República no sólo de la tutela lopezobradorista sino de cualquier enclave y feudo autoritario. La guerra contra el narcotráfico ha sido una pena que aniquila el país, a la Cuarta Transformación le resta –como posibilidad inmediata- reinventar sus políticas, emanciparse de los actores comprometidos y conjurar los chantajes de los poderes fácticos.
Por esta razón, la política social y de seguridad debe ser modificada; es importante reconocer que la magnitud del narcotráfico supera la gobernabilidad de la administración federal y se concentra en el tejido social de una forma arraigada. Es decir, más allá de la capacidad militar y material gubernamental, el país se enfrenta con una cultura de la violencia y la internalización profunda de un sentido social ilegal que contamina la mayor parte de los estratos y sectores del país. Controlar los efectos en México de la demanda de drogas en Estados Unidos, involucra una tarea que implica demasiado trabajo en el largo plazo, no es suficiente con estrategias de comunicación o de enfrentamiento electoral; es fundamental desplazar a la clase política del país y generar una nueva forma de hegemocracia, educar para desarrollar una cultura política que renueve el contrato social.
Algunos constructores de políticas públicas en Latinoamérica no contemplan la capacidad disruptiva de los poderes fácticos en su análisis de diseño e implementación, por ello el fracaso se hace permanente en sus acciones. Los tratados de políticas públicas dejan de lado el poder de los enclaves autoritarios y la influencia negativa de los actores fuertes. Resulta fundamental rescatar el tejido social mediante el empoderamiento de la sociedad civil con tecnologías como los presupuestos participativos para excluir y aislar a una clase política que se encuentra en el centro de la polémica cuando se denomina al país como un narcoestado más que como un estado fallido.
Es cierto que la guerra contra el narcotráfico ha lastimado a las clases sociales marginadas; pero no se puede decir que sólo a ellas, los efectos colaterales son incontrolables, las historias de terror se corresponden con todo el mundo.
Durante la guerra cristera en México se caracterizó el conflicto civil como la lucha de unos pobres con uniforme matando otros pobres sin uniforme, pero esto ya no es así, todos los sectores sociales, géneros, identidades y estamentos han sentido el calor de este infierno.
El reencuentro de la administración federal con la sociedad mediante los presupuestos participativos puede generar una transición a la democracia de formas más efectivas y puras. Durante el sexenio del presidente Felipe Calderón se planteó la necesidad del estado de excepción, considerado constitucionalmente, para que el Estado Mexicano pudiera enfrentar legítimamente a la delincuencia organizada; el calderonismo no contempló este escenario y los resultados son conocidos por todos, la guerra contra el narcotráfico se implementó en la informalidad absoluta. Frente a
las amenazas de intervención militar por parte de Estados Unidos quizá ha llegado el momento de comprender la excepcionalidad jurídica de la gobernabilidad mexicana y prevenir que la suspensión del marco legal sea determinada por una intervención extranjera, sin duda, mas costosa para todos.
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