Diego Martín Velázquez Caballero
La candidata del Frente Amplio culminará una etapa en el extranjero de su promoción política a la presidencia de México. La visita de Xóchitl a Estados Unidos, España y el Vaticano; se vincula a los dispositivos del anticomunismo y antirusismo que constituyeron la geopolítica imperialista norteamericana de la Guerra Fría. El Frente Amplio ha descubierto sus vínculos con la inteligencia estadounidense y el financiamiento de la Casa Blanca dispuestos para conjurar cualquier intervención comunista y rusa en Latinoamérica. Empero, frente a la crisis actual de la democracia neoliberal y la globalización, ¿Qué sentido guarda apostar por una estrategia que se ha vaciado de contenido?
Xóchitl Gálvez cuenta con todo el perfil social y personal para competir contra la narrativa populista de la Cuarta Transformación y Andrés Manuel López Obrador. Los contactos con el exterior están perjudicando notablemente su campaña porque agravia las posibilidades internas de su trabajo político y repite los errores de una derecha proestadounidense, conservadora y oligárquica.
Puede resultar comprensible que el Frente Amplio busque el apoyo del “Deep State” para mantener la hegemonía imperialista de Estados Unidos; pero, frente a la crisis de la globalización y la emergencia de los nacionalismos, insistir en la protección de los neoliberales y globalistas redunda en alimentar contradicciones que van a significar una merma considerable en su apoyo electoral.
Después de la crisis global del Covid-19 y la Agenda 2030, ¿quién quiere que los Estados Unidos se mantengan como la superpotencia global? Hasta Donald Trump busca un mejor entendimiento de Estados Unidos con China y Rusia. Los republicanos están replanteando la geopolítica de la Guerra Fría porque comprenden que la civilización occidental debe regenerar sus valores y encontrar nuevos caminos en el entendimiento con el mundo.
Las visitas en el extranjero de Xóchitl Gálvez perjudican su campaña política, contradicen todo lo que pretende construir en México y sacan a relucir los verdaderos intereses del círculo interior del FAM XX. El neoliberalismo ha fracasado rotundamente para todos, se aproxima una nueva etapa de la historia mundial que obliga a replantearse muchas cosas. México y Estados Unidos no pueden seguir en el curso tradicional de su relación sin advertir los graves cambios del mundo.
Durante casi setenta años, el anticomunismo y capitalismo del Intermarium fueron determinantes para la definición del presidente mexicano; pero, eso ha fracasado. La independencia de México recupera sentido en un momento de orfandad frente a Norteamérica. Si triunfa Donald Trump en las próximas elecciones estadounidenses, ni el FAM XX, ni Morena, serán considerados aliados por un conservador extremista que impulsará cambios más que radicales para México. Trump es el verdadero peligro para el país y eso obliga a buscar nuevas relaciones geopolíticas y proteger la mexicanidad de una época terrorífica que se avecina.
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