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Es el congreso

Sorprendente que Hacienda hiciera recaer sobre el congreso las consecuencias políticas del gasolinazo. Videgaray y secuaces creen que se nos olvidó que el congreso aprobó un paquete elaborado por ellos y que pasó gracias a que votó por él la pandilla PRI-PVEM-PAN y pillos menores. Nadie se creyó el engaño y lo único que nos quedó fue el recurso de los memes y la burla contra el gobierno. Pobre consuelo.

Ahora el gobierno y sus adláteres insisten en que la CNTE le reclame al congreso la cancelación de la reforma educativa. También se nos olvidó que el congreso aprobó, con el mismo mecanismo, la propuesta que elaboró el gobierno.

Si México fuera un sistema federal que funciona, tendría sentido acercarse al congreso para pedirle que corrija los desaciertos. Entre otras, que la reforma educativa es un proceso político para destruir al sindicato, especialmente a las oposiciones radicalizadas, aunque hayan sido maiceadas por el PRI.

Pero México sigue siendo un régimen presidencialista, aunque el presidente sea débil y su partido ande por la calle de la amargura. No falta quien diga que Peña se prepara para entregarle el país al PAN. Al final, el PRIAN seguirá gobernando, si es que logran neutralizar una vez más a AMLO, o nos roban una elección más. Se aclara, el fraude electoral es un robo a la sociedad, no al candidato que perdió con el fraude.

El juego de la CNTE seguirá porque es útil para disfrazar la caída de la economía y la privatización del país. Mientras usted apoltrónese frente a la tele, para seguir gozando del circo de carreteras cerradas, líderes encarcelados y liberados sin más, y un pueblo burlado por políticos inescrupulosos.

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