Cuando Donald Trump anunció su candidatura, nadie lo tomó en serio. Cuando ganó la candidatura, nadie lo tomó en serio. Ahora, en las últimas encuestas, se encuentra prácticamente empatado con Hillary Clinton. Hace casi un año escribí que su carrera política no tenía peso puesto que se trataba de un nominación que se trataba de un "chiste". Es obvio nos hemos equivocado.
Pero no es que yo este mal, ni los que vemos como cada vez que Trump abre la boca se trata de un charlatán. Es evidente que nos encontramos ante una nueva forma de hacer política: El Trol Político. Es la única forma que entiendo el éxito del candidato un inexperto, machista, racista e intolerante contendiente a la presidencia.
Para que un trol tenga poder, tiene que ser primero que nada, un desconocido. El propósito de sus comentarios es atacar a las personas al margen de la mayoría. Los seguidores de un trol, los que lo apoyan, también tienen que hacerlo desde la sombra ya que sus comentarios tienen que ser hechos sin miedo a ser reconocidos por sus familias, amigos, o compañeros de trabajo.
Mientras Hillary Clinton es una mujer mundialmente reconocida, con una larga carrera política y diplomática, es inconfundible y ha tenido puestos de mucha importancia, Trump, comparado con ella, es prácticamente un ignorado. Él no cuenta con ninguna autoridad, ni con experiencia, y por si fuera poco, ni siquiera es apoyado por el propio partido quien lo eligió. Sus comentarios, como los de los trolls, se aseguran de atacar a los que son percibidos como "diferentes" a la sociedad:
"(...)nuestro país esta en graves problemas. Y no tenemos victorias (...)China nos mata. Yo le gano a China todo el tiempo. Todo el Tiempo. ¿Cuando le hemos ganamos a Japón en algo? (...)¿ Cuando le hemos ganado a México en la frontera? Se ríen de nosotros, de nuestra estupidez (...) cuando México manda a su gente, no esta mandando a lo mejor. No están mandándolo a usted. No están mandándonos a ustedes (...) nos mandan drogas. Nos mandan crimen. Son violadores (...) Irán esta ocupando Iraq (...) y no tenemos nada (...) China tiene nuestros trabajos y México tiene nuestros trabajos. Todos tienen nuestros trabajos(...)" (http://time.com/3923128/donald-trump-announcement-speech/- traducción libre)
Su primer discurso fue contra China, Japón, México y Irán. Pero su meta era compararlos con la "grandeza" de los ciudadanos de Estados Unidos y asegurar de tacharlos como "diferentes". No importa que su lógica no tenga sentido, el trol hace comentarios para lograr respuestas emocionales, buenas o malas, no importa. Creo que logró su propósito. Todos reaccionamos emocionalmente.
Cualquier político con este discurso cometería un suicidio político. Pero el trol se esconde en el vacío de autoridad. No tiene que responder a nadie porque no es nadie. Trump puede decir lo que quiera porque el mismo pagó su campaña y no importa si lo descalifican o no.
De igual forma, un trol puede decir lo que quiera porque sólo expresa una "opinión". Esto es, los ataques son sólo opiniones y como tales, no se basan en ninguna realidad. Cuando Megyn Kelly, una periodista, cuestionaba a Trump sobre
cómo se refería a las mujeres como "perras y marranas", él respondió que ella era la que no estaba bien porque le "estaba saliendo sangre de todos lados". Al siguiente día, Trump dijo que había referido a la nariz de la periodista. Así pues, sus comentarios son solo "opiniones" y no tienen porque ser cuestionados.
Es evidente que lo que ha cambiado es nuestra sociedad: Las opiniones ya no tienen consecuencias, la autoridad puede ser atacada con mentiras, la narrativa sin fundación ahora ocupa un lugar privilegiado en los medios de comunicación. El trol es efectivo mientras ataque a los que tienen poder y mientras sus ataques adquieran fama. Tenemos que tener cuidado, nuestra frustración ante la situación política actual, nos puede hacer trol a todos.