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La Mega Crisis que Viene

Ante el desbordado crecimiento de la deuda pública nacional las casas calificadoras internacionales, como Moodys, Standard & Poor’s y Fitch, han demeritado la calificación de la deuda pública de México de estable a negativa. Esto, más el ambiente generado por las campañas en Estados Unidos, en contra del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, han aumentado el nerviosismo en los mercados financieros mundiales respecto al comportamiento de la deuda de México, habiendo forzado al Banco de México a aumentar las tasas de interés en 0.50 puntos porcentuales.

Estas no son buenas noticias para México, que simplemente no ha crecido lo suficiente, a pesar de las tan cacareadas “reformas estructurales”. Claro está, estas circunstancias alientan el discurso, principalmente de la izquierda, que ataca reformas básicas como la energética, echándole la culpa a la misma de todas las penurias económicas que estamos padeciendo.

En términos estrictamente elementales, la mega crisis que viene se genera por estos hechos:

1.- Se realizan las reformas estructurales.

2.- Dentro de las mismas está la reforma fiscal. Ésta atenta con principios básicos necesarios para el crecimiento económico:

1. Alienta a que el gobierno gaste en exceso, ya que incrementó los ingresos tributarios.

2. Desalienta la inversión, porque la vuelve más riesgosa y onerosa.

3. Al desalentar la inversión se desalienta el empleo. Curiosamente el empleo que ha aumentado en México, se debe a factores externos, debido a que por la baja de los precios de los hidrocarburos la economía estadounidense se tornó más competitiva, y por ello, se alentó más la producción en ese país, cuyo desempeño ahora depende más de la producción de bienes intermedios en México (partes y componentes), que se requieren para el incremento en la producción de bienes terminados en los Estados Unidos. Sin embargo, en México se ha desalentado el empleo derivado de nuestra economía interna, ya que el empleo de exportación, quedó blindado de los efectos negativos de la reforma fiscal, debido a un decreto de excepción que el Presidente Peña expidió en favor de las empresas exportadoras.

3.- Caen los precios del petróleo. Curiosamente, el efecto positivo que esta caída trajo para los Estados Unidos, haciéndola más competitiva, a México lo ha arrastrado a un problema financiero grave en sus finanzas públicas, por la grave dependencia de las mismas a los ingresos que genera PEMEX. Además la reforma energética no ha traído las inversiones esperadas en México, por lo tardío de las mismas y por el arranque errático de la apertura en energéticos que hemos tenido, debido a nuestra inexperiencia en el manejo de este sector en un mercado liberalizado.

4. El gasto público dispendioso de México, derivado de las múltiples ineficiencias en el gasto gubernamental en múltiples programas de obra pública, gasto corriente en burocracia y los Programas y Apoyos de Desarrollo Social, conocidos como PADS, que en 2015 ascendieron a casi el un billón de pesos (a la mexicana, es decir un millón de millones). Debemos de considerar que la inmensa mayoría de este gasto no genera riqueza.

5. El clima de incertidumbre causado por el incremento en la penetración del crimen organizado, los escándalos de derechos humanos, por el clima de inseguridad generado por la carencia de orden y estado de derecho, ante la ola de asaltos en las carreteras, desapariciones forzadas, asesinatos, robos de combustible, asaltos a los ferrocarriles, y sobre todo, el desprestigio a grados de peligro de nuestras instituciones, empezando por el Presidente de la República.

6.- Con todo lo anterior, tenemos el escenario ideal para la tormenta perfecta, se desalientan las nuevas inversiones para México, por la carencia de condiciones propicias para la inversión, debido al ambiente de incertidumbre política y de estabilidad social, aunado al ambiente financiero internacional que ha propiciado el fortalecimiento del dólar ante la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, el decremento en el crecimiento de China y la perspectiva del aumento de las tasas de interés en la Fed de Estados Unidos, que a su vez hacen que se generen presiones inflacionarias en México por la devaluación y el aumento en las tasas de interés de Banxico, que hacen que los bancos comerciales lo cuadrupliquen, regresando al principio en donde iniciamos este artículo.

Creo que de alguna Manera el Secretario Meade sabe como resolver y desactivar esta tormenta perfecta, a lo menos desactivando los factores de índole económica que son causados en México, pero no creo que lo dejen, porque ya no hay tiempo en el sexenio de Peña para hacerlo, ya que

estamos muy cercanos al famoso Año de Hidalgo, en donde el PRI-Gobierno se nos puede alocar gravemente ante la perspectiva de la pérdida de poder. Todo esto lo sabemos los mexicanos y lo saben los inversionistas extranjeros, por lo que se avecinan tiempos muy difíciles.

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