Indudablemente que el tema de moda es Trump. Sin embargo, aún no he visto que alguien haya reflexionado en el primer lugar geográfico de México que sufrirá las repercusiones del gobierno de Trump, nuestra Frontera norte.
En efecto, nuestra frontera con los Estados Unidos, es el lugar más vulnerable a las políticas de Trump por su cercanía con los vecinos del norte, y por las inmediatas repercusiones socio-económicas que las políticas de Trump van a generar.
Es curioso que los mexicanos, empezando con nuestro gobierno, ignoren el problema real que esto representa, creo que es una reacción natural, hasta cultural, de no hacerle caso al peligro, hasta que la lumbre nos llegue a los “aparejos”. Nuestro gobierno y mucha gente en México, cree que esto no nos va a afectar. Yo creo que sí y mucho. Al principio, cuando Trump empezaba, sin medir la posibilidad real de que saliera elegido como presidente de los Estados Unidos, llegué a decir que no pasaría nada si ganaba.
Lo hice pensando que sus políticas son tan absurdas, que los primeros perjudicados iban a ser ellos, los estadounidenses. Pero ahora, que es una triste realidad, pienso que aunque eso suceda, va a pasarles muchas cosas a nuestros primos güeros, y hasta nos van a echar la culpa por ello.
Veamos: cuando Trump reniegue y haga inefectivo al TLCAN (NAFTA por su siglas en inglés), es probable que también quiera hacer barbaridades con el comercio con China; para ello, es probable que mande al diablo a la Organización Mundial de Comercio. Hasta donde tengo entendido, en Estados Unidos no es necesaria una autorización del Congreso para hacerlo, y si lo fuere, no representaría problema para Trump, porque los republicanos terminaron también dominando ambas Cámaras de su Congreso.
Lo anterior, traería que los productos a importarse a Estados Unidos quedarían gravados con toda clase de aranceles y posiblemente sujetos a permisos de importación. Lo que generaría, para empezar, sería un gran aumento de los precios en Estados Unidos, ya que dichos aranceles serían repercutidos a los consumidores de allá.
No dudo que habría compañías americanas que cerrarían sus operaciones para mudarse de regreso a los Estados Unidos, pero el primer factor a encontrarse sería los altos costos de la mano de obra, la falta de personal calificado (hace mucho tiempo que en Estados Unidos se ha perdido la mano de obra industrial), factores que serían repercutidos otra vez al consumidor, que sufriría de productos caros y de mala calidad.
En México, principalmente en la Frontera, habría muchos cierres de plantas industriales que se verían expuestas a represalias fiscales en Estados Unidos por producir en México, por lo que el desempleo en la Frontera aumentaría exponencialmente.
Lo anterior, causaría a su vez presiones demográficas incalculables de gente que quisiera trasladarse a Estados Unidos, para cumplir con sus requerimientos de mano de obra, aumentando el choque cultural de migrantes que se van a trabajar al norte. Aunado a lo anterior, las expulsiones masivas de migrantes mexicanos hacia nuestro país, que tiene antecedentes delictivos, aumentaría la presencia de delincuentes sin trabajo en nuestras fronteras, amenazándonos de más violencia en nuestras calles por el narco menudeo que también aumentaría.
Peor aún, con las promesas de Trump de parar el tráfico ilegal de drogas provenientes de México, esto haría aumentar el precio de las mismas en los Estados Unidos, para satisfacer el vicio de sus millones de adictos, aumentando la violencia en ese país, que se conjugaría con el odio racial, el aumento de su inflación y el desempleo causado por la pérdida de competitividad generada por la cancelación del libre comercio y el proteccionismo generado por los aranceles y permisos de importación.
Estados Unidos es la economía de consumo más grande del mundo. Una disrupción tan severa causada por las políticas de una persona como Trump, ignorante del balance económico causado por la globalización, puede ocasionar situaciones explosivas en el orbe, con repercusiones inmediatas en nuestras fronteras, incluyendo las del lado de Estados Unidos.
La vorágine de inflación, conflicto y aumento de la pobreza que todo esto puede causar a nivel global, puede tener efectos negativos incalculables, pudiéndose desatar conflictos violentos en todo el mundo. Por desgracia, nuestras fronteras serán de los lugares geográficos que más rápidamente pueden ser afectados.
No podemos quedarnos cruzados de brazos a que esta aplanadora de insensatez nos deje tendidos. Debemos en primer lugar, dar a conocer los efectos negativos que esta política puede causarnos a todos. Es necesario que esto suceda de inmediato, antes de que sea demasiado tarde. Los habitantes de ambos lados de la frontera debemos unirnos para manifestarnos fuertemente en contra de estos cambios, ejerciendo la presión política que se requiere, en ambos lados de la frontera.