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Los Retos del Gobierno Abierto

Acabo de asistir en la Ciudad de México, a los trabajos de Comisiones y a la Primera Sesión Ordinaria del Sistema Nacional de Transparencia y Acceso a la Información Pública. Me dio mucho gusto ver los avances que ha tenido nuestro país en materia de transparencia. Se presentaron múltiples métricas de los avances extraordinarios que ha tenido la transparencia a nivel nacional. Me ha quedado claro, que después de 17 años, la transparencia en los datos en poder del gobierno ha quedado inmersa en la misma cultura del quehacer gubernamental.

Ahora bien, me dio un gusto mayor, que el Sistema Nacional de Transparencia, esté pasando por una evolución, para que a partir de la transparencia y de los datos abiertos, se llegue a un nuevo desarrollo de la democracia, que es el Gobierno Abierto.

Si tenemos participación ciudadana que utiliza la transparencia y los datos abiertos e interactúa colaborativamente con el gobierno, a través de la utilización de las tecnologías de la información, nos puede llevar a la generación de políticas públicas, acciones de gobierno y su conducción. De otra manera, la transparencia no tendría una clara razón de ser.

En estos días, el Sistema Nacional de Transparencia, dentro del marco de su Primera Reunión, se concentró en exponer e impulsar el objetivo último de la transparencia, que es el cumplimiento del mandato de ley que nos conduce a tener un sistema de Gobierno Abierto.

Así, el artículo 2 de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública, que establece los objetivos de la ley, dispone como finalidad el

“VII. Promover, fomentar y difundir la cultura de la transparencia en el ejercicio de la función pública, el acceso a la información, la participación ciudadana, así como la rendición de cuentas, a través del establecimiento de políticas públicas y mecanismos que garanticen la publicidad de información oportuna, verificable, comprensible, actualizada y completa, que se difunda en los formatos más adecuados y accesibles para todo el público y atendiendo en todo momento las condiciones sociales, económicas y culturales de cada región; VIII. Propiciar la participación ciudadana en la toma de decisiones públicas a fin de contribuir a la consolidación de la democracia, y…” {el énfasis es nuestro}

Asimismo, el artículo 59 de la ley en comento, respecto a Gobierno Abierto, ya que lo pone en un capítulo así titulado, señala:

“Los Organismos garantes, en el ámbito de sus atribuciones coadyuvarán, con los sujetos obligados y representantes de la sociedad civil en la implementación de mecanismos de colaboración para la promoción e implementación de políticas y mecanismos de apertura gubernamental.”

Como podemos ver de las lecturas anteriores, la ley ha sido desafortunada y timorata respecto a la contundencia y claridad de su redacción respecto a sus fines de Gobierno Abierto. Sin embargo, no podemos concebir la utilidad de una ley de transparencia si no es para que, a través de la participación ciudadana, evolucionemos hacia una democracia participativa, en donde sociedad y gobierno, comunicados a través de los métodos modernos de la tecnología de la información, colaboren para generar políticas públicas que hagan subir el nivel de bienestar de la población para acercarla al bien común.

Nos encontramos en un momento histórico en el mundo. Los paradigmas democráticos principalmente desarrollados en el Siglo XIX se están colapsando, en donde las amenazas del populismo y autoritarismo rondan en el ambiente político y las instituciones legislativas, los partidos políticos, los organismos electorales y la democracia representativa se tambalean.

Pero tenemos la gran oportunidad de generar una nueva teoría del estado, en donde la democracia representativa evolucione hacia una democracia participativa, que refrende cotidianamente la legitimidad de nuestros gobernantes, a fin de que ya no se separen –como, por desgracia, recientemente lo han hecho en innumerables ocasiones– del sentir popular, a través de abusos de sus mandatos y entregas a intereses personales y de grupo que no se vinculan con las finalidades de obtención de bien común, sino con hacerse de poder y riqueza.

En México, ahora tenemos la gran oportunidad de contar con un gran sistema robusto de Transparencia y Acceso a la Información Pública, que combinado con los esquemas de que el gobierno maneje datos abiertos, que es la información inteligente e inteligible que provee el gobierno para la toma de decisiones acertadas, sociedad y gobierno trabajen juntos para generar procesos, políticas, soluciones y acciones que lleven al gobierno, junto con la sociedad, a establecer mejores entornos públicos para generar bien común, que no es otra cosa que poner las condiciones necesarias para que la población logre la realización de sus ideales en la vida.

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