top of page

Oaxaca de Murat

Hace unos años viaje a Puerto Escondido como una gran aventura. Nos tomó dos días llegar desde la ciudad de Oaxaca, nos fuimos en aventón. En ese entonces todavía te llevaban sin asaltarte o matarte. Tuvimos que dormir en medio de la sierra en hamacas, y los cerdos (verdaderos no los políticos) nos pasaban por debajo. Para un par de estudiantes cruzar la sierra de esa manera fue una aventura maravillosa, la sierra es bellísima y comprobamos que en efecto existe pepsicoatl, porque había letreros del refresco en todas partes, pero era un trayecto complicado para promover turismo. Cosa que nos preocupaba poco.

Se podía llegar por la costa desde Acapulco, o Salina Cruz, pero el trayecto era larguísimo.

Ahora llegué en avión. Hay un pequeño aeropuerto y volamos una hora y media desde la Ciudad de México.

Se ven muchas zonas agrícolas y se reporta la producción de muchos productos. Pero cuando le pregunte a un taxista dónde se proveen me contestó que en Pochutla que está a poco más de una hora de distancia. No van a Oaxaca porque está muy lejos, yo tenía la impresión de que habían construido una autopista, el respondió que llevaban 10 años construyéndola pero no esta terminada. De esa manera 250 kilómetros se recorren en 5.40 horas y los gobiernos nos repiten hasta el cansancio que están preocupados con el atraso económico del Estado.

Puerto Escondido es famoso por sus olas y atrae a un buen número de surfistas que se instalan en el pueblo por meses en algunos casos. Esto le da un carácter muy especial a la zona, aunque los surfistas no se mezclan con los locales, porque han creado su mundo en una zona específica de la ciudad, pero representan un ingreso de dinero y cultura. La zona residencial tiene casas de extranjeros y del presidente municipal. Hay un paseo que se llama El Adoquín que se vuelve peatonal en la tarde para que los artesanos muestren y vendan su trabajo. Por ahí no se ve a los múltiples extranjeros que van a surfear.

Otro taxista me comentó que había una gran molestia porque Murat está construyendo dos hoteles que violan la regulación municipal de altura porque afecta los vientos que producen las olas que atraen turistas.

Murat, en contra de la oposición del pueblo, ya construyó un hotel que es una molestia contra la vista, así que con los dos en marcha, que sin duda se terminarán, intentará apoderarse del turismo de cierto nivel económico. El proyecto supone la construcción de un teleférico que conectara los tres hoteles. Tomando en cuenta que no lleva ni seis meses en la gubernatura, no hay duda que esa familia es muy industriosa.

La duda será una vez más el dinero, porque padre e hijo Murat solamente han sido políticos y tendrán que explicar el origen del dinero, si es que alguien los obliga, porque a José Murat le han dejado actuar con impunidad ante su manipulación de la sección 22 del Sindicato de Maestros (SNTE) y cómo ya pasó tiempo seguramente nadie lo cuestionará sobre el manejo de los dineros durante su gobierno.

Con Alejandro Murat se cumplirá el principio de que los nuevos priistas han resultado muchísimo más corruptos que los viejos priistas. Todavía resuena en el ambiente la mención de Peña Nieto sobre los nuevos gobernadores de su partido que eran la esperanza del país y que ahora están presos o han huido debido a su voracidad y rapacidad en el manejo del dinero público y el poder.

Más allá de la duda aceptable sobre el origen del dinero, hay que preguntar quién aprobó un proyecto con una amenaza contra el ambiente.

Si la tesis de la altura de los edificios y las olas es correcta, nos encontramos ante un gobierno que agrede a la gallina de los huevos de oro para cubrir su corrupción, aunque cuándo se caiga el turismo de surfismo se caerá el turismo de la ciudad y por lo tanto las ganancias que ellos buscan construyendo sus hoteles.

Esta también por supuesto la agresión económica a los pequeños hoteleros que han batallado por años para crear una base económica propia.

Es posible que frente a la voracidad de los Murat los 500,000 de Eva Cadena sea un tema muy menor, aunque el país requiere ineludiblemente que se persigan TODOS los casos de manejos obscuros del poder.

Es muy grave si Murat construye con dinero propio, y si construye con dinero ajeno, deberá transparentar el origen del mismo. Pero más grave es que pisotee las regulaciones ambientales y las reglas municipales y que se aplaste la voluntad popular imponiendo los caprichos del poder orientados a satisfacer la ambición del gobernante.

bottom of page