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Sarcasmos

PARÍS CANALLA

Respecto del delicadísimo asunto de cómo juega el presidente Peña Nieto en el jaloneo entre el nacionalista Trump y los globalistas abanderados por doña Angela Merkel acerca del mega negociotototote dizque ambiental del ‘Ahuevo’ de París, me dice un querido lector: “La diplomacia, no sólo la mexicana, se hace con palabras, pero también con silencios. Lo importante son los hechos. En un acto reflejo, la Secretaría de Relaciones Exteriores apoyó en diciembre pasado el llamado Acuerdo de París, como la mayoría de los países.

Sin embargo, la línea estratégica de defensa del interés nacional a través de la renegociación del TLC es lo que impera ahora, en un equilibrio con el globalismo, porque tampoco podemos aislarnos en una actitud provocadora. Lo adecuado ha sido esta postura que ampara, por ejemplo, las exportaciones mexicanas al mercado estadounidense. Lo contrario habría sido un desastre que afectaría incluso a futuras generaciones de mexicanos.

Entre paréntesis debe señalarse la irresponsabilidad de los intelectuales mexicanos, cuya histeria pro-Clinton cuando la visita de Trump, es una de las cosas más patéticas de los últimos tiempos. Y ahí siguen tan orondos en sus pontificaciones, sin un ápice de autocrítica. Pero volviendo al tema, el Presidente no apoyó con ninguna declaración pública a Merkel en su confrontación con Trump con motivo del Acuerdo de París, y ella nos lo devolvió haciendo declaraciones descontextualizadas (por ejemplo, contra la idea de un muro) que apoyan a los vividores de los derechos humanos. Así es la diplomacia. Y peor”.

COMEY

Lo dicho: los abogados personales de Trump lo están haciendo cachitos legales. Pobre cuate. Como dicen en mi tierra, no le arriendo las ganancias. Y Comey es apenas el primero de una larga lista de blancos.

BARTOLÍ

Mi primer empleo fue en 1969 como reportero y corrector de estilo en la revista La Capital, del legendario Alfredo Kawage Ramia. La revista tenía respaldo e intención políticos; en este caso, apoyar la precandidatura presidencial del regente Alfonso Corona del Rosal, que a la postre ganó su feroz rival Luis Echeverría, de modo que la revista dejó de tener sustento.

La portada sí era a color y muchas de ellas eran de la autoría del genial pintor Bartolí (a quien nunca conocí, pues enviaba sus ilustraciones desde Nueva York). Sobre la célebre relación de Bartolí con Frida, Isolda P Kahlo, hija de Cristina, la hermana menor de Frida y ooootra de las muchas mujeres con que Diego le puso el cuerno, lo alude.

En su libro Frida íntima (2004), luego de explicar que “si intentara hacer una lista con los nombres de los enamorados de mi tía Frida, no acabaría, además a que a mí personalmente no me consta ninguno de los casos que se mencionan con frecuencia en sus biografías”, Isolda dice: “De quien sí me acuerdo muy bien es de un refugiado español guapísimo, llamado José Bartolí.

Él me parecía un hombre sensible, inteligente, pintor de primera línea e ilustrador, por ejemplo, de la revista La Capital. Tengo entendido que ellos vivieron un romance muy intenso”. ¿Y quién era Josep Bartolí i Guiu (Barcelona 1910 - Nueva York 1995) fue pintor, escenógrafo, dibujante y escritor. De carácter juerguista, muy joven comenzó a trabajar como dibujante y se implicó en el sindicalismo.

Al final de la Guerra Civil, atravesó la frontera con Francia. Pasó por siete campos de concentración, huyó y tras muchas peripecias llegó a México. Allí retomó su actividad pictórica, entró en el ambiente cultural y bohemio, y se hizo amante de Frida Kahlo. En EUA destacó como uno de los dibujantes más cotizados de la época. Como sabemos, Frida no fue nunca un ejemplo de fidelidad y tuvo una nutrida colección de amantes, tanto hombres como mujeres. Pero con ninguno pareció tan apasionada como con Bartolí.

El 19 de octubre de 1946, pocos días después de que éste hubiera abandonado México, Kahlo le confiesa: “Siento que he perdido todo y quiero morirme”.

 
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