El secretario de comunicaciones nos comunicó que no piensa renunciar, según él un sacrificio ahora es inútil, pero además le falta cerrar el $exenio y los muchos negocios que tienen en marcha.
El error del secretario es que nadie está pidiendo sacrificios sino castigo. El gobierno tiene un mandato para servir a la sociedad y servirla bien. No supervisar adecuadamente una obra y la negligencia que provocó dos muertes, lleva el asunto a un nivel criminal y amerita castigo.
Dos personas que pagaron por usar una carretera mal construida equivale a un sacrificio que la sociedad no tiene porque pagar y los responsables de la tragedia deben ser castigados.
El asunto del socavón nos ha llevado a una comedia de acusaciones dónde todas las partes buscan culpar al otro para evadir su responsabilidad.
Nadie que tuvo algún resquicio de responsabilidad debe salir impune de esto.
Ni el secretario, ni gobernador, ni alcalde, ni Cruz Roja, o Protección Civil están libres de culpa y responsabilidad.
El socavón nos ha mostrado descarnadamente como la cadena de mando está descompuesta y se ha convertido en una cadena de irresponsabilidad.
Pero como los políticos son cómplices en sus trapacerías, nos están entregando un circo que nos distrae y entretiene, y al paso del mismo encontraremos que no sucede nada. El mundo seguirá igual, la irresponsabilidad campeando, la corrupción dominando y la sociedad pagando por los platos rotos.