Cuando le preguntaron en el periódico El País a Meade si castigaría a Peña Nieto, el precandidato priista cantinfleo mostrando que no habrá ninguna acción en contra de la pandilla que medra con los intereses nacionales.
Será su falta de inteligencia política lo que no le permitió empezarse a distanciar de Peña, factor que le urge para poder avanzar en la campaña; será que es parte de la pandilla que ha saqueado al país y no morderá la mano que le dio la candidatura; o es un perfecto imbécil.
Ahora el Banco de México reconoce que la corrupción frena al país. Eso lo hemos sabido de siempre, pero también de siempre hemos sabido que no hay la voluntad para luchar contra ese flagelo.
Meade dice que llevará al país al primer mundo aunque sin combatir en serio la corrupción. Muchos se preguntan porque no ayudó a elevar al país del hoyo en el que se encuentra si fue cinco veces secretario y repitió en Hacienda.
Los políticos se comportan como pandilleros que son cómplices en un saqueo descarado y frenar cualquier posibilidad de investigación y castigo a la depredación del país. Aunque a la hora de legislar se esmeran en aprobar leyes muy avanzadas que serán inocuas porque solamente cumplen con una función simbólica.
Si esa fue la mejor carta del PRI, mejor será que empiecen a ver la salida, aunque ya sabemos que arrasarán durante el último año.