Corea
Putin dijo que el líder Norcoreano era inteligente y maduro. A reserva de lo que sea la madurez para el ruso, junto con China parece coincidir en el propósito de debilitar a Estados Unidos y Kim Jong-un ha ayudado a lograrlo.
El avance armamentista de Corea del Norte no es de ayer. Frente a su enemigo en la península consolidaron su poderío militar, aunque su avance hacia el sur se frenó gracias a la fuerte presencia militar de Estados Unidos en Corea del Sur conformado por 15 bases militares y 37,500 efectivos en todas las fuerzas (tierra, aire y mar).
Ese tipo de desarrollo armado difícilmente se logra solo, para eso hay que explicar la intervención especialmente china y posiblemente rusa. Sin descartar a la industria militar que le vende a quién está dispuesto a comprar aunque este bajo sanciones económicas.
Corea es una ficha importante en la geo estrategia mundial; Estados Unidos tiene ahí una posición importante frente a China y presencia militar en la zona que engloba a Indonesia, Malasia, Australia y por supuesto Japón. Para China implica un obstáculo para su control del Océano Indico y el Pacífico.
Jong-Un lanzó varios misiles sobre Japón para demostrar que puede alcanzar a los aliados locales de Estados Unidos y luego manejó su capacidad para tocar a Estados Unidos. La errónea alerta nuclear en Hawái demostró la vulnerabilidad de Estados Unidos y el pavor que tiene la sociedad estadounidense frente a la posibilidad de un ataque nuclear. El argumento de Trump sobre la inmadurez del líder norcoreano trató de reforzar la noción de que por irresponsabilidad puede disparar una dinámica funesta para la humanidad, lo que ayudó a Jong-Un.
El análisis convencional considera que el lanzamiento de un misil nuclear será el detonador de una catástrofe mundial, debido a la necesidad del atacado de responder por lo menos con la misma energía o mayor. Fuera de la connotación sexual del tamaño de los botones, Trump tiene una capacidad nuclear más grande que la del Coreano, relativizada ante la capacidad china, porque un ataque a Corea representa una agresión a un país bajo su dominio y un efecto nuclear en su territorio (recordemos la crisis de los misiles en Cuba).
La presencia estadounidense en la región es resultado de la Guerra Fría y no parece tener fin en el futuro cercano. Pero Corea del Norte creó un desequilibrio nuclear nuevo que debe ser enfrentado con algo más que bravatas presidenciales.
Trump actuó como bully escolar y no entendió que sus empujones no llevaron a ningún lado. Mientras el supuesto bulliado reaccionaba sin aceptar las agresiones verbales y respondía con golpes certeros. Solamente en una mente política inmadura cabe la idea que insultar a un presidente puede tener un efecto político y militar.
Mientras Trump buscaba apodos para Jong-Un, este plantaba las evidencias sobre el avance que alcanzaba su poderío militar. En la nueva guerra la movilización de tropas pasa a segundo plano, ahora gracias a la tecnología se logran objetivos militares a gran distancia y eso es lo que Corea demuestra como factible. Ya nadie tiene el monopolio de enviar drones letales o misiles nucleares; aunque Estados Unidos piense que puede restringir estas opciones militares para sus adversarios éstos avanzan creando nuevas circunstancias.
Jong-Un llama a la negociación con su rival del sur buscando una ganancia doméstica. Al frente de la agenda esta enviar una delegación olímpica, orquesta y porristas a Corea del sur, con lo que ganó. Otros términos de la negociación pueden incluir familias divididas. En su favor está que el decidió cuando abrir la puerta y Trump para no quedar atrás, llamó a iniciar negociaciones y pide una llamada telefónica. El “hombre más poderoso del mundo” quedó reducido frente al joven político que minimizó e insultó y que al parecer no le ha tomado la llamada. Poco le ayudan a Trump sus dislates y problemas internos, como su esfuerzo para frenar un libro que lo desnudó.
En la geoestrategia mundial Trump perdió hasta el respeto y miedo. El presidente de la Autoridad Palestina lo llama a cuentas, 54 países africanos le piden cuentas sobre sus declaraciones ofensivas e irresponsables y Jong-Un lo ignora avanzando en su juego estratégico. Tal vez si sea inteligente y maduro.
Trump trata con la misma irresponsabilidad y ligereza temas domésticos e internacionales, genera crisis dónde no existían y requiere corrección dónde no había problemas hasta que abrió la boca.
Por eso Putin se regocija alabando al Coreano, mientras la investigación sobre su intervención en las elecciones de Estados Unidos acorrala a Trump. Para el corto plazo Trump estará comiendo de la mano de los adversarios de Estados Unidos, mientras su país pierde ventajas geo estratégicas largamente conquistadas.