Las cifras de miles de millones de pesos que se manejan en las estafas maestras de la presente administración superan con mucho los grandes fraudes del pasado.
Miles de millones de pesos se movieron bajo las narices de Rosario Robles y Meade. Si ellos dieron la orden son culpables y si no se dieron cuenta, son doblemente culpables, porque demuestran su bajísima calidad como administradores.
Además debemos preguntar dónde estaba Hacienda que tiene que supervisar los movimientos de dinero, especialmente cuando se trata de miles de millones de pesos.
En todos los casos, cómo en el de la maniobra de Anaya para ocultar dinero, se utilizaron empresas fantasmas. Dónde está el SAT y por qué no encuentra a esas fantasmas.
Dónde está la Comisión Nacional Bancaria. Depositar miles de millones de pesos debe ser fácil de descubrir especialmente con las leyes contra el lavado de dinero.
No sabemos que se hizo con el dinero. Tal vez está guardado para pagar la campaña de Meade. Tal vez esta en paraísos fiscales en cuentas secretas de los principales personajes de esta trama. Pero alguien se lo llevó. A la mejor el jefe de inteligencia financiera que ahora cobra en el CISEN nos pueda ilustrar a dónde se fue tanto dinero.
Poder ocultar tanto dinero es cosa muy complicada. En el mundo están muy atentos a los movimientos de dinero, a menos que quién lo oculte conozca muy bien los mecanismos para lavar tanto.
En última instancia, el responsable de todo este desaguisado, o mejor dicho, este asalto a la nación, es Enrique Peña Nieto. Es el jefe de todos esos vándalos/cómplices/pandilleros. ¿Quién dará cuentas?