Última Instancia
Lo he mencionado en innumerables ocasiones, los mexicanos estamos a punto de definir nuestro futuro por lo que resta del Siglo XXI. En efecto, hay mucho hartazgo y desesperación en muchas cosas. Tenemos en México altos índices de violencia e inseguridad, las encuestas lo reiteran mes con mes. La principal preocupación de la población es su seguridad personal y patrimonial. La corrupción la vemos por todas partes, en todos los ámbitos, esferas de gobierno, iniciativa privada, en los tres poderes del Estado Mexicano, en las entidades federativas, en los municipios y en los órganos autónomos. Pocas son las áreas confiables en México, la gente desconfía de la Iglesia Católica, de las organizaciones de la sociedad civil, del ejército, de los organismos empresariales, etc.
Pero ante tanta desconfianza y desaseo de nuestras instituciones y de nuestra sociedad, debemos de comprender que lo que es necesario en México es reconstruir de raíz las estructuras sociales, políticas y económicas que hemos venido poco a poco derruyendo, a través de una profunda participación ciudadana.
No podemos resolver este desorden de cuajo, mucho menos con un caudillo como el que pretende ser Andrés Manuel López Obrador. Debemos de tomar en cuenta las características personales de este político. En primer lugar, es un político que no se diferencia grandemente con los demás políticos que hemos criticado y que continuamos criticando, ha vivido toda su vida de la política. Su única diferencia es su lucha en contra del PRI y su enfoque en contra de lo que llama “la mafia del poder”.
Fue un estudiante fósil y grillo como pocos. Siempre estuvo involucrado en movimientos subversivos en la universidad, para luego pasar al PRI, para llegar a dirigirlo en su natal Tabasco. Fue de los promotores en Tabasco del Movimiento Democrático Nacional. Fue dos veces candidato a gobernador en dicho estado. No obtuvo el triunfo electoral. Posteriormente, como presidente del PRD en Tabasco realizó la toma de pozos petroleros en ese estado y realizó plantones en el Zócalo de la Ciudad de México.
En el año 2000 fue elegido Jefe de Gobierno del Distrito Federal. Su gobierno se caracterizó por grandes niveles de corrupción gubernamental y por un gran aumento en los índices de seguridad con gran cantidad de secuestros, que causaron que más de un millón de personas de clase media principalmente protestaran en las calles.
Siendo en el 2006 precandidato del PRD a la Presidencia de la República, después de que contumazmente rehusó dar cumplimiento a una sentencia de amparo para evitar un acceso a un hospital privado, el gobierno de Fox inició un procedimiento para quitarle el fuero constitucional para aplicarle sanciones por su incumplimiento a la orden judicial. Con estas acciones AMLO aprovechó para victimizarse políticamente haciendo una gran movilización ciudadana que lo impulsó aún más en su popularidad.
Después de que fue vencido en las elecciones por Felipe Calderón con un cerrado margen, bloqueó por meses el Paseo de la Reforma en México y se proclamó como “Presidente Legítimo de México”.
Posteriormente, al encontrar oposición a sus posturas en el PRD, abandona dicho partido para formar uno nuevo denominado Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), que lo ha postulado como su candidato presidencial. En dicho partido ha sido amo y señor de todas sus candidaturas, inclusive la suya.
Después de esta breve semblanza de AMLO, ahora me permito manifestar el por qué AMLO no es la solución de los problemas de México.
Primeramente, la razón más importante es, porque no es un demócrata. Todas sus actuaciones en la política indican que es una persona autoritaria, la segunda razón importante, es porque es un populista. Todos sabemos que en ningún lugar en el mundo el populismo es solución para los problemas de un país, y es causante de desastres económicos que se vienen pagando principalmente por los más pobres hasta arrastrar a un país al caos económico y social como el que tiene Venezuela.
Además, AMLO ha dado innumerables pruebas de su autoritarismo y desconocimiento de las instituciones. Simplemente, no cree en ellas, a menos de que le favorezcan.
Las propuestas de AMLO son básicamente regresar a que el Estado (claro, comandado por él), el control de la economía, empezando por todo lo relativo a energía, centrarse en la economía interna, dándole la espalda a la globalización, y desaparecer la corrupción, a través de una extraña transición a base de perdonar a todos los corruptos y delincuentes, partiendo de cero.
Increíblemente, hay personas que quiero, admiro y estimo, que están totalmente cegados por AMLO, haciendo a un lado sus infundadas propuestas, únicamente basados en su fe ciega por él, diciendo que es la única persona honesta, capaz de poner orden en el país y acabar con la corrupción.