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Los Medios se Arrodillan ante AMLO

Última Instancia

No cabe duda de que México no cambiará, a menos de que el pueblo lo quiera. No me refiero a ese pueblo que opina a mano alzada ante las indicaciones del caudillo en turno, me refiero al verdadero pueblo que con visión de futuro y responsabilidad política todos anhelamos tener. Bien, es quizás un pueblo idílico que no existe en México, pero debemos descubrir y provocar. Un pueblo que tenga sueños, un pueblo que quiera superarse, un pueblo trabajador, un pueblo que educa a sus hijos y que aspira a ser feliz. Este pueblo es posible que se nos esté yendo a otros países a encontrar mejor vida.

Bien, pero yo creo firmemente que debemos de luchar por ese pueblo que puede tener México. Es posible que ya lo tenga, no se si es una mayoría, pero sí se que hay millones de mexicanos que están luchando día con día a que se de por primera vez en la historia de México, la libertad real del pueblo, que esté impulsando la prosperidad del país, moviéndola a partir del mejoramiento de su familia y la superación de sus miembros.

Pues bien, ¿cuál es la amenaza inminente que veo que se va poco a poco conformando?; es el acomodamiento de las estructuras de poder a lo que creen inevitable: el triunfo de AMLO en la Presidencia de la República.

En nuestro país sí hay una Mafia del Poder, quizás no sea la que dice AMLO que es, pero no me cabe la menor duda, que forman parte de la misma las grandes empresas de medios de comunicación, que a mi sorpresa veo que empiezan a ponérsele a modo a López Obrador. En el regreso del programa Tercer Grado de Televisa, vimos todos con sorpresa a un López Dóriga y a un Carlos Loret de Mola, mansitos como corderitos ante la oportunidad de cuestionamientos duros a su entrevistado, como lo acostumbran a hacer. En la entrevista de Alatorre en TV Azteca vimos una situación similar.

Estos medios, indudablemente, que se encuentran en profunda crisis por los avances tecnológicos en las telecomunicaciones, su subsistencia, estimo, no dudará muchos años si no evolucionan de la televisión abierta a otras modalidades más modernas. Pero para mi es claro que se quieren acomodar al poder omnímodo que ejercerá el que ellos visualizan como el nuevo Gran Jefe.

Así pues, con tristeza veo, que muy probablemente los poderes fácticos de México empezarán a alinearse a los designios de AMLO. Así caeremos de nueva cuenta a una regresión de la democracia en nuestra nación. Al mando de un solo hombre.

Esto es, sin embargo, evitable, si los mexicanos decimos un hasta aquí a que un solo hombre nos diga qué hacer y cómo actuar, a que nos de soluciones mágicas a nuestros problemas, en lugar de darnos el entrono necesario para resolverlos con libertad.

Es evitable esto, si los mexicanos le ponemos un freno a caer en las manos de nueva cuenta de un solo partido que todo lo domine, a un partido que no tenga frenos y límites democráticos e institucionales.

Debemos los mexicanos poner un hasta aquí, a permanecer gobernados por una nueva Mafia del Poder, por un pequeño grupo de “iluminados” que dicen que nos van a quitar las cadenas, para que únicamente nos cambien las mismas a otras de marca diferente.

Si ahora no nos damos cuenta ante esta inminente amenaza de que en lo que debemos de luchar es en obtener nuestra verdadera libertad de ejercer el poder del ciudadano, no nada más en las elecciones, sino en el quehacer cotidiano del gobierno. No en las cúpulas necesariamente, sino en el gobierno que día a día está conduciendo al país en los niveles secundarios, en donde la burocracia domina, acompañando y participando la ciudadanía en la acción de gobernar, en las políticas pública y en los actos de gobierno, a través de las nuevas tecnologías de la información, usando la transparencia y exigiendo rendición de cuentas, en un sistema de gobierno abierto.

El ciudadano debe empezar por ejercer su poder en la designación de las candidaturas de los partidos políticos. El ciudadano debe ejercer su poder exigiendo un buen gobierno, que sea eficiente, moderno y tecnificado, libre de corrupción, delgado y que opere a bajos costos, que deje espacio de libertades, con bajos impuestos, con empresas que operen con eficiencia a bajos costos, que permitan tener mejores salarios y prestaciones para que los ciudadanos se conviertan en ese pueblo avanzado que todos queremos, liebres de caudillos y de mafias, en donde impulsemos a nuestros mejores hombres y mujeres que nos sirvan para crear bien común, y no salvadores que nos vayan a hundir más en la pobreza y pérdida de libertades.

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