Dos escándalos ambientales en México.
Decenas de tortugas mueren atrapadas en las redes de pescadores oaxaqueños. Estos deberían saber (o saben) que en esta época las tortugas llegan a desovar y deberían manejar sus redes de acuerdo a ese momento. Les importó un comino.
En una isla veracruzana que es zona protegida y entre otras cosas llegan a desovar tortugas, se llevó a cabo una fiesta que dejo la zona hecha una porqueriza, pero se descubrió que se organizan visitas a la zona, frente a la vista bien cubierta ($$$$) de los gobiernos (municipal, estatal, federal).
Las atarjeas se tapan con la enorme cantidad de basura que la gente tira en la calle causando inundaciones. Los ríos, lagos y mares están altamente contaminados con plástico porque a la gente le parece más cómodo tirar los restos que deshacerse de ellos de una manera consciente.
Las fuentes de agua están contaminadas con componentes químicos descartados por la industria. En Ciudad Juárez había maquiladoras que usaban la noche para tirar al drenaje componentes prohibidos, o los dispersaban en el desierto porque “ahí no hay nada”. Ojalá hayan dejado de hacerlo, pero lo dudo mucho, porque lo último que llega es la conciencia de que hay que respetar al prójimo, dónde tiene principal importancia el ambiente.
Se abre camino con mucha dificultad la conciencia de que hay que cuidar el ambiente. Un lago contaminado resta calidad de vida en el planeta y aunque siempre hay alguien por ahí tratando de limpiar el mugrero de muchos, la tarea de los pocos no alcanza para resanar el daño de la inconciencia de los muchos.