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Del paso inmortal

Divagaciones de la Manzana

Estoy y estamos muy tristes.

No hace mucho lo tuvimos, Alejandro y yo, en nuestro Programa El Sabor del Saber. Grabamos tres programas: dos entrevistas con él sobre su vida y su obra; y una más junto con su esposa, hablándonos del espléndido libro de cocina mexicana escrito por ambos. Fue un encuentro magnífico en su atractivo y céntrico departamento de la ciudad de México, ubicado en la otrora glorieta de Chilpancingo.

¡Todo un privilegio¡ y testimonio que además queda en el acervo histórico de hombres y mujeres ilustres de México.

Lo conocí hace más de tres décadas, justo cuando él tenía un programa de radio en la BBC de Londres, donde se invirtieron los papeles por la magistral entrevista que me hizo, al igual que a otros mexicanos y mexicanas del ámbito cultural que viajábamos por allá y visitábamos Europa. En esa ocasión fui a exponer mi obra a la Canning House. Y luego, años después, tuve otro privilegio cuando él fungía como agregado cultural en París y organizó una muestra con obra de mi autoría y de gastronomía mexicana, en la que fue responsable con enorme gusto y satisfacción.

Hoy, tengo muy presente al gran Fernando y a su maravillosa Socorro, con todo mi aprecio y admiración, por esas y otras vivencias más que tanto me honran. A él lo recuerdo siempre lúcido, sabio, observador y preciso en su hablar, además de su vestimenta impecable y luminosa. A ella, vivaz, conocedora y gentil.

Cuánto me emocionó leer y releer sus tres obras fundamentales: Palinuro de México, José Trigo y Noticias del Imperio, así como sus sonetos en Poemar o el recuento deslumbrante sobre Juan José Arreola, su maestro y amigo, además de que conservo y atesoro varios dibujos de su peculiar estilo de pintar.

Murió si, Fernando del Paso, y tenemos un gran pesar, que se irá confortando por la condición inmortal de sus libros, que forman parte ya de lo más elevado de las letras hispanoamericanas.

Que lo lean las generaciones de hoy y de mañana es y será su renacimiento y el mejor de los reconocimientos.

No te olvidaremos nunca amigo nuestro tan querido y estaremos muy al pendiente de Socorro, esa gran mexicana que amorosamente te siguió y acompañó por la vida.

¡Vives y vivirás¡

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