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Liderazgo

En 1994 Yehezkel Dror concluyó que el mundo sufría de incapacidad de gobernar especialmente debido a la calidad de la gobernación. El mundo tenía políticos mal preparados, apegados a paradigmas obsoletos, no conocen las nuevas tecnologías para gobernar y no miden las consecuencias de sus decisiones.

El devenir no solamente le ha dado la razón a Dror sino que el panorama se ha descompuesto, porque agregada a las carencias ahora vemos la llegada al poder de políticos que lo hacen tramposamente (Bolsonaro), por manipulación perversa de los sistemas (Trump), la consolidación de teocracias (Irán) y radicales que llegan cargados de odio y prejuicio (Polonia).

En condiciones “normales” esto era grave, pero en la coyuntura de la pandemia la situación se agrava, Trump y Bolsonaro minimizaron la pandemia y se negaron a decretar medidas preventivas, lo que generó decenas de miles de muertos que pudieron haberse salvado, Irán está más preocupada por consolidar grupos terroristas y desatiende a su sociedad a la que controla por medio de un régimen de terror y represión.

La opacidad es la marca de los tiempos y cuándo los gobiernos se ven obligados a informar y abrirse, la gente desconfía porque la suspicacia se ha convertido en mecanismo de resistencia social.

Muchos esperan/desean que al paso de la pandemia las cosas sean diferentes, que entremos a un nuevo orden, que el capitalismo deje de ser de compadres y salvajes, que los gobiernos actúen para la mayoría y no para unos pocos, pero posiblemente nos llevemos un palmo de narices porque para eso se requiere de líderes y solamente tenemos políticos y usualmente son muy malos.

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