Última llamada
Estamos ante una escalada criminal en contra de las autoridades, cada día se registran ataques contra policías y funcionarios en diferentes partes del país. Los tremendistas dirín que los demonios andan sueltos.
Había el entendimiento de que los criminales evitaban “calentar” las plazas, preferían comprar policías, jueces y funcionarios evitando enfrentarseles, no les servía atraer la atención de los no corruptos que afectara sus actividades ilegales, pero al parecer hay un gran cambio.
Anteriormente los criminales mostraban su crueldad para introducir miedo, hacer que la sociedad se paralizara frente a la brutalidad, pero al parecer estamos ante una nueva escala de la barbarie.
Ahora los criminales muestran públicamente su fuerza, toman videos de desfiles con su armamento y hacen conocer sus agresiones militares como cuando nos enseñaron el bombardeo de una comunidad con drones.
¿Cómo explicar este cambio de política?
Primera opción una visión optimista. Está funcionando la estrategia del gobierno, están debilitando las conexiones entre criminales y el poder, se están cerrando las vías del narcotráfico y los criminales están respondiendo desesperadamente, dicen que la agonía de algunos animales los vuelve en extremo peligrosos y este es el coletazo de los carteles.
La otra opción que es una visión pesimista, es que el poder de los carteles los está volviendo arrogantes y muestran su poder para obligar al Estado a recular y garantizar su negocio y a la sociedad para que se someta.
Sea cual sea la causa y puede haber otras opciones, estamos ante una oleada criminal muy preocupante que requiere atención urgente.
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