Última llamada
Dijo el político cínico: “en política lo que se compra es barato”.
Detengámonos por lo menos en dos significados de la frase.
Uno, se refiere a que aquello que haga el gobierno para el bienestar de la sociedad no puede medirse en pesos y centavos, la calidad de vida y satisfacción social son invaluables.
Dos, se refiere a la posibilidad de poder comprar a los políticos, lo que usualmente se hace con recursos públicos, algunos legales y otros ilegales. El corolario de este principio es que se puede pisotear la moralidad con tal de lograr ventajas políticas. Una de las máximas que aplauden los políticos es que en política la moral es un árbol que da moras.
López Obrador está echando mano de este principio y ahora avanza para romper al bloque opositor ofreciéndole recompensas a políticos de oposición, por lo pronto le aventó una carnada a dos ex gobernadores que al parecer asistirán felices de la vida, porque saben muy bien que vivir fuera del presupuesto es vivir en el error. Mientras AMLO da muestras de inclusión y aceptación de los contrarios.
La búsqueda de la chuleta es muy importante para los políticos que aprendieron a vivir de la política y a fin de saciar sus apetitos demuestran lo válido de la frase del gran comediante Marx (Groucho no se espanten): Éstos son mis valores, pero si no te gustan tengo otros”.