Santiago Roi
Lo menos que se puede decir del arrumaco de algunos senadores del PAN con el partido Vox de España es que fue una horrible metida de pata política. Les puede costar caro como partido y aun en sus intentos por armar una oposición creíble al actual gobierno. Todo esto ha sido dicho y ampliamente analizado en los medios en estos días.
Hay, sin embargo, una componente en todo este desfiguro que en mi modesta opinión pinta tanto al PAN como Vox en unos colores que no solo tienen que ver con lo profundamente errado de sus convicciones políticas, sino de la poca sensibilidad ante el momento histórico que se vive mundialmente. Según nos contaba una querida maestra de Literatura Española, para ponernos en contexto de lo que estudiábamos, en el tiempo las sociedades cambian sus formas de pensar siguiendo un tanto los movimientos de un péndulo: hay momentos, etapas, en que la sociedad es liberal, para regresar después hacia una visión mas conservadora de las cosas y repetir desde allí el ciclo, aunque siempre con una especie de avance global entre “pendulazo” y “pendulazo”. Durante años esta metáfora del péndulo me fascinó, hasta que encontré otra, que sin ser opuesta, me parece un poco mas cercana a los hechos: es la metáfora del hombre que pasea a su perro. En esta visión un hombre camina acompañado de su perro. A veces este se adelanta, o se atrasa, tal vez por algún corto tiempo se separa del camino del amo, habrá momentos que se atore en alguna investigación olfativa y sea necesario llamarlo o hasta tirar de la correa, pero a fin de cuentas lo que define el camino, es decir la Historia, es lo que el amo hace, no las variaciones y vacilaciones del perro. Así me imagino a grupos como Vox o sus patiños mexicanos, asumiendo un comportamiento errático mientras la Historia sigue su curso al margen de ellos.
En el caso de Vox, mas que de el PAN, sus errores históricos son más que notables. Tocarlos todos sería cuento de no acabar, pero me gustaría mencionar tres que veo francamente graves, y más en el contexto de su alianza con el PAN.
El primero, sin duda, es su reivindicación del franquismo. Alguna vez leí que llamar “Guerra Civil” a lo que sucedió en España entre 1936 y 1939 es un despropósito: fue un golpe de estado, artero y cruento, contra el pueblo mucho más que contra un gobierno de izquierda que lo representaba. Fue una lucha de un ejército entrenado, bien armado y apoyado descaradamente por sus aliados Hitler y Mussolini con armas, aviones y tropas e incluso interviniendo en bombardeos directos a la población civil. Las “democracias” que luego enfrentaron al fascismo en la Segunda Guerra Mundial fingieron demencia, invocaron la no intervención mientras que tropas de ocasión formadas por trabajadores, campesinos, voluntarios extranjeros y algunos militares leales se batían en inferioridad de condiciones contra un enemigo formidable. Cabe destacar que solo la Unión Soviética y México se pusieron claramente del lado de la razón: el Republicano. Justamente fue ese miedo al Comunismo que ahora invocan Vox y PAN lo que sirvió de pretexto a los aliados para no hacer nada, ni antes ni después de la Segunda Guerra Mundial, contra Franco; lo que generó una dictadura aberrante de muchos años que desemboca en una monarquía impuesta y que hoy sabemos que además de onerosa para los españoles es muy probablemente corrupta. Los desplazados de esa injusta guerra en buen número buscaron asilo en México y es generalmente
aceptado que aportaron mucho al país: profesionistas, artistas, científicos de toda índole y por supuesto maestros. Mi maestra de Literatura Española pertenecía a este grupo. La huella de esta gente ha quedado en mucho de lo que es México hoy. Contra todo eso se pronuncia el PAN, así sea indirectamente, cuando le hace el caldo gordo (como decimos en México) a Vox.
El segundo tema es por supuesto la posición anti feminista de Vox que ahora resulta que algunas senadoras del PAN apoyan. Quizás sea este tema el que mas me hace pensar en el perro de la metáfora que mencioné antes, esta gente se echa en medio del camino y habrá tal vez que azuzarlas para que avancen. Puede haber muchas consideraciones religiosas, morales o de otra índole, pero hoy en día negar la situación de inferioridad de la mujer en muchos contextos es tapar el sol con un dedo. Está suficientemente probado que en general, aun cuando pueda haber honrosas excepciones, las mujeres ganan en promedio menos que los hombres en igualdad de condiciones de trabajo, ocupan menos puestos de alto nivel, y aún cuando tengan un trabajo formal tienen que ocuparse mucho mas tiempo que los hombres de las labores de la casa, de los hijos, de los ancianos, de los enfermos y este trabajo adicional por lo general no es reconocido. La lista de inequidades es larga y no viene mucho a cuento repetirla, cierro insistiendo que no veo como un senador, y particularmente si es de genero femenino, puede avalar esta postura retardataria a la luz de las luchas y de la evolución en este campo en los últimos años.
Termino con un tema ligado vagamente al de los refugiados de la Guerra Civil Española: la migración. No quiero tocar los aspectos discriminadores de la posición anti migrantes de Vox y por lo visto de una parte de la representación en el senado del PAN, es evidente que el sustento de esa posición es el sentirse superior o menospreciar al otro por su origen, su color, su religión o simplemente su aspecto. En el contexto de la historia que avanza aun con los titubeos del perro sería bueno recordarles a estas finas personas que la migración ya fue reconocida como un derecho humano por la ONU, aunque algunos (pocos) países aún arrastren los pies para sumarse al avance histórico; de pasada vale la pena mencionar que de una u otra forma todos descendemos de migrantes en algún sentido, así sea de migraciones ocurridas en tiempos remotos; mencionar también que muy poca gente migra por gusto, lo hacen por alguna necesidad básica, por huir de circunstancias penosas de guerra, hambruna o precariedad económica y frecuentemente por salvar su propia vida y la de sus seres cercanos. Estar contra los migrantes es una posición poco digna y poco solidaria.
Finalmente, en todo este entuerto prima un pretexto banal, ya usado en la Guerra Civil Española como digo mas arriba: el miedo al Comunismo… ¡Pero si el que se está acabando el planeta es el Capitalismo! Sufrimos una calentamiento global, un exceso de basura, una pléyade de industrias extractivas que arrasan con todo. En el proceso estamos acabando con una multitud de especies, ya sea porque pierden su hábitat o porque las envenenan directamente con insecticidas o con productos tóxicos en el agua. La economía de usar y botar no está sirviendo mas que para crear más desigualdad y más basura. Y se puede seguir describiendo las proezas del Capitalismo y su cuento del Libre Mercado ¿Cómo es entonces que el enemigo de la humanidad es el Comunismo?
Verdaderamente se pregunta uno cómo abordan estas personas su tarea legislativa, porque en lo que se refiere a conocimientos históricos que pudieran ubicarlos en nuestra realidad están definitivamente reprobados.
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