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El antiguo régimen y Puebla

Diego Martín Velázquez Caballero

Ha dejado de ser novedad la inconsistencia del gobierno morenista poblano con los principios de la Cuarta Transformación en México. La entidad vive una oscura noche priista en la transición bajo la franquicia panista y morenista.

Los indicadores que evalúan la calidad de la democracia se han desplomado durante la mayor parte de los gobiernos de alternancia y ahora se encuentran en los estándares de nula certificación. El transfuguismo priista a los diferentes partidos políticos que han ocupado el gobierno estatal y la inserción de colaboradores priistas en los gobiernos de alternancia, caracterizan la grave crisis de cuadros que existe en los partidos diferentes al PRI así como la falta de preparación o, de plano, absoluta incompetencia en la militancia no priista.

Hace algunas décadas, cuando el PRI/sistema presentaba infartos que adelantaban la crisis del régimen de la revolución mexicana, Manuel Camacho Solís señalaba el exceso de empirismo político y la falta de proyecto e ideología política en los priistas de la década de los ochenta en el siglo pasado. Frente al fin de la Guerra Fría y el inicio de la globalización, se hacía necesario renovar tecnocráticamente el gobierno y desarrollar una nueva doctrina política frente al empirismo vulgar de las últimas generaciones que distinguieron a la clase priista. Un poco antes, Daniel Cosío Villegas evidenciaba el agotamiento de la gobernabilidad autoritaria y tosquedad que caracterizó al Desarrollo Compartido.

¡Qué vigentes los argumentos de Manuel Camacho Solís y Daniel Cosío Villegas para entender a los gobiernos estatales de alternancia en Puebla! ¡Sólo el PRI tiene cuadros políticos para dirigir el gobierno! Los otros partidos políticos son una vacilada que ni a oscura sombra llegan. Por eso a Puebla la gobiernan priistas de todos los partidos políticos, la oposición al PRI simplemente está anulada. El empirismo priista, por más vulgar y ordinario que se represente, es la única vía de gobernabilidad efectiva frente al caos: un orden al costo que sea.

Los diferentes espacios que han ocupado los partidos diferentes al PRI en los niveles de autoridad municipales y estatales se caracterizan por una discapacidad extrema. Ahora, el temor de los gobiernos de alternancia a los movimientos sociales que legítimamente vuelven a las calles para reclamar atención, bienestar y espacios, impulsa al gobierno presente para retornar a la gobernabilidad autoritaria priista. Antes fue con el morenovallismo panista y ahora con el barbosismo morenista, la incompetencia desborda a sus dependencias y por eso se precisa de priistas con toda urgencia.

Los argumentos de lealtad para afirmar y sostener a personajes del antiguo régimen (más vale malos por conocidos que buenos por conocer), son más increíbles sobre todo porque la mayoría de los colaboradores son tránsfugas ¿De qué magnitud es la traición, deslealtad e incompetencia en la militancia de los otros partidos que se hace necesario volver al PRI?

Los indicadores sociales, económicos y políticos que reprueban a Puebla nos demuestran el tipo de funcionario público que se ha empoderado con la alternancia política, pero también responsabiliza a la sociedad; cada pueblo tiene el gobierno que se merece. ¿Cuál es la razón de que el presidente López Obrador no ponga un poquito de atención a Puebla? Marta Eugenia García Ugarte encuentra las razones en el extremo conservadurismo poblano.

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