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El futuro de la derecha mexicana

Diego Martín Velázquez Caballero


Aunque la derrota del PRIANRD muestra que las alianzas pragmáticas polipartidistas dependen del contexto, es probable que la alianza se mantenga para conformar un Frente Neoliberal que encuentre mejores vientos al final del próximo sexenio. A pesar del transfuguismo priista que distingue al PRIMOR y PRIANRD, los primeros tuvieron mejores posibilidades de permanencia gubernamental y los segundos estarán obligados a la reingeniería humana e institucional; quizá también migren a Morena en el futuro y sean considerados en el galimatías de la Cuarta Transformación.

Para persistir, la derecha liberal tiene ahora el reto de aproximarse a la derecha radical que pretenden conformar México Republicano y Eduardo Verástegui; debido al protagonismo que podría alcanzar Donald Trump en las próximas elecciones estadounidenses. En caso del triunfo republicano en la presidencia imperial, las oportunidades para Verastegui de constituir el polo derechista republicano en México son bastante elevadas.

La supervivencia de la derecha liberal constituye una apuesta identitaria singular ahora que la derecha religiosa, representante del hispanismo católico mexicano, se encuentra en una zona nicodémica confortable e, independientemente de los resultados, siempre ganan perdiendo. ¿Los neoliberales del PRIANRD se sujetarán a los cánones de la acción política conservadora conducida desde el anticastrismo en Florida? Frente a la debacle electoral, es una de las rutas más coherentes que queda para la participación futura. En caso de que el PRIANRD se atomice y separe, acaso el PAN duraría algún tiempo más; empero, es el instituto político más debilitado después de este proceso electoral y carga también la terrible derrota de 2018. Acción Nacional no puede volver al origen porque los tiempos le han cambiado y el progresismo práctico se introdujo –como el neoliberalismo- en su doctrina y valores. No queda más sociedad civil ni liberalismo universitario clasemediero. El PAN tiene que refundarse porque le abandonan hasta sus militantes.

México Republicano está a la espera de una segunda oportunidad para la derecha proyanqui que tiene una apuesta cristiana y latinoamericana anticomunista. Desde la segunda mitad del siglo XX, grupos radicales derechistas colaboraron ampliamente con la geopolítica norteamericana de la Guerra Fría y han esperado pacientemente su turno en la conducción de México. El radicalismo trumpista parece coincidir con ellos y pueden resultar centrales en la nueva geopolítica que se advierte si el Partido Demócrata pierde en Estados Unidos y en Europa. Donald Trump se ha encontrado en México, como en Norteamérica, con los rescoldos del catolicismo integral intransigente que también coinciden en la centralidad estadounidense en el mundo occidental renovado.

La derecha liberal tiene frente a sí el camino del radicalismo y sumarse a la crisis de la democracia que quizá resulta más afectada en este principio de siglo. No será extraño el realineamiento ideológico de los moderados liberales del PRIANRD, la otra opción es formarse en las filas morenistas. Escila y Caribdis para el futuro del Frente por México.

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