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El respeto se gana

  • fermarcs779
  • Oct 29
  • 4 min read

Diario de un reportero

Miguel Molina



Aclarando amanece: nadie puede hacer responsable al gobierno federal ni a los gobiernos estatales ni a los gobiernos municipales por los desbordamientos que devastaron el norte de Veracruz, y afectaron también a Hidalgo, a Puebla, a Querétaro, y a San Luis Potosí. 

También resulta difícil responsabilizar a ninguno de los tres niveles de gobierno por la alerta – que fue tardía o inexistente – para evacuar a la población. Las aguas desbordadas habrían destruido casi lo mismo que destruyeron, con alerta o sin ella. Pero se perdieron vidas por falta de oportunidad para avisar lo que venía. 

De lo que sí son responsables los tres niveles de gobierno es del descuido con el que se trata al medio ambiente. Cada sexenio, o cada trienio, o cada cuando sea, se prepara un atlas de riesgo de cada municipio de Veracruz. 

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador redujo en cuarenta y cuatro por ciento la inversión para prevenir inundaciones, según estadísticas oficiales. El dato no necesita mayores comentarios. La seguridad de los mexicanos – y las mexicanas – fue menos importante que los megaproyectos. 

En el estado hay – según el inventario del atlas de riesgo de hace dos años – mil cincuenta y seis inmuebles que pueden servir como refugios temporales, "de tal modo que se pueda brindar una correcta atención a las comunidades que en algún momento lo requieran", asegura el atlas en la página doscientos dieciséis

En Poza Rica hay dos refugios oficiales. Uno está en el gimnasio municipal Miguel Hidalgo, y el otro en la casa de la Cultura, aunque también se habilitaron la Casa del Migrante y el Centro Recreativo del SUTERM. Pero no es suficiente, ni estaban preparados para lo peor, que es lo que debe hacerse ante la posibilidad de que se produzcan eventos atmosféricos extremos. 

En fin. La responsabilidad más grande es del alcalde Fernando Remes, quien reconoció que se desviaron catorce millones de pesos asignados a la construcción de un muro que contuviera del aguas del río Cazones en caso de una creciente. 

En diciembre de hace dos años, durante una reunión de Cabildo, Remes declaró que alguien se había robado los fondos, y aseguró que hablaría con Conagua para ver cómo se podía continuar la obra, que hasta el día de la inundación llevaba sólo diez por ciento de avance. Y ya no dijo más. El alcalde se quedó callado en vez de alzar la voz y hacer un escándalo para denunciar lo que terminó por dejar desprotegidos a los pozarricenses. 

Pese a la denuncia de Remes, ningúna autoridad hizo nada. La empresa constructora del muro de contención no ha sido llamada a dar explicaciones, lo que ilustra el grado de irresponsabilidad institucional que quienes gobiernan al estado y al país. Pero la desgracia no impidió que Remes – quien fue beisbolista – develara una estatua suya en el Gimnasio Municipal una semana después de la inundación

Luego están las denuncias de manipulación política de la ayuda de la sociedad civil a los damnificados, el uso de trabajo forzado de empleados de gobierno en los trabajos de limpia, del abuso de funcionarios que van a tomarse fotografías donde aparecen haciendo como si trabajaran. Todo está documentado. 

Pero las autoridades evaden sus responsabilidades diciendo que el escándalo que provocó el ligero desbordamiento del río Cazones y los daños y muestre que provocó son cosa de los medios y los políticos. "Veracruz no es carne para la carroña", declaró la gobernadora Rocío Nahle. Quién sabe qué quiso decir. Y dijo también que el pueblo de Veracruz "se merece respeto y su gobernante también".  

Uno puede estar de acuerdo con el respeto que se merecen los veracruzanos. Pero quienes viven de la cosa pública deben tener en cuenta que el respeto – al menos el respeto político – no se hereda. Se gana. 

 

Desde el balcón 

Uno ve cómo caen las hojas que el otoño fue volviendo amarillas, y sabe que la brisa que poco a poco desnuda las ramas es fría, y toma un sorbito de malta – que en Escocia es un wee dram – y luego otro. Pronto será hora de algo. 

Uno recuerda el día de mayo de hace tres años, cuando el presidente que se fue a su rancho comparó a Cuitláhuac García Jiménez con Adolfo Ruiz Cortines: "es de los mejores gobernadores del país y de los mejores que ha tenido Veracruz", dijo entonces. 

Uno se entera de que el dictamen de la cuenta pública de Veracruz en el último año del honesto gobernador García Jiménez encontró un daño patrimonial de dos mil trescientos setenta y dos millones ochocientos sesenta y siete mil quinientos sesenta y nueve pesos con cincuenta y un centavos

Uno toma otro sorbito de malta. Uno sabe que el otoño, como dijo Camus, es una segunda primavera en la que cada hoja es una flor. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 
 
 

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