Última llamada
México necesita una derecha educada, ética, con proyecto de nación.
Durante mucho tiempo la derecha decía que el país requería de una izquierda moderna, quién sabe que sea eso, pero era un argumento para descalificar a la izquierda que luchó con denuedo y hasta pagando con la vida, para terminar con el régimen autoritario y de profunda represión que dominaba México.
Parte del río de sangre que produjo el PRIAN es de los líderes políticos y sociales de la izquierda que combatían a los grupos corruptos y depredadores, hasta la fecha esos criminales con sus socios políticos siguen talando bosques, envenenando comunidades y hasta hay quién echa mano de los niños para combatir, cuestión que es profundamente reprobable.
La consigna con que la derecha llegó al poder es que había que sacar al PRI de Los Pinos a patadas. Sin duda un principio con una profundidad político-ideológica que debe ser incluido en los libros de texto. Y se sentaron en Los Pinos, empezaron a malgastar el presupuesto, acuérdense de las toallas de Martha y a robar a manos llenas, al grado que superaron las fechorías del PRI.
Ahora de cara a las elecciones la derecha nos repite el mensaje. Hay que frenar a AMLO, hay que ser contrapeso, hay que construir un muro contra el dictador que lleva ganó la elección con 30 millones de votos y lleva 2 años y medio en el puesto y de ser posible, hay que moverse para deponer al tirano.
México necesita una oposición seria, con un discurso para construir el futuro, con un modelo de país, con ideas para crear armonía y no para envenenar el ambiente; la derecha debe dejar de polarizar y crear fracturas. Debe organizarse y convencer a la sociedad que le devuelva el poder, para eso se construyeron instituciones con la sangre de la izquierda.
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