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Ella no manda

Xochitl Patricia Campos López

El protagonismo de Ricardo Monreal y Adán Augusto López, ha colocado en una situación comprometida a la Presidenta de México. Después de tantas pugnas y debates sociales por la Reforma Judicial, las estrategias cortesanas de Monreal y Adán Augusto, estuvieron a punto de echar por la borda los esfuerzos colectivos de quienes consideran ineludible la regeneración del poder judicial en México.

Si bien es cierto que la mayoría morenista tiene que aprender a convencer para no imponer su capacidad numérica, Monreal y Adán Augusto cabildean para sus propios intereses y a espaldas del Ejecutivo Federal. ¿Por qué tantas dudas sobre si ella dice o no dice? ¿Qué capacidad de comunicación tiene la mayoría morenista si duda respecto de lo que ella propone? ¿Quién representa lo que dice ella? ¿Ella manda o no manda? Los conflictos y dudas al interior del morenismo constituyen dardos envenenados que construyen Monreal y Adán Augusto para imponer sus directrices. Claudia Sheinbaum se vio obligada a establecer un manotazo de escritorio para señalar que la Reforma Judicial no tenía lugar a dudas. ¿Era necesario? ¿La mayoría morenista no apoya a su Presidenta? ¿Los líderes parlamentarios morenistas actúan con independencia de la Jefa de Estado?

La facción patricia de Monreal ha hecho a un lado los intereses de Claudia Sheinbaum y el pueblo que apoyó a Morena. En un instante, Monreal y compañía, dieron visos de establecer una relación nicodémica con la élite del poder judicial y concluir resolviendo una suspensión de la selección de jueces. La presidenta fue exhibida como desinformada y poco atenta a los procesos legislativos que los líderes de las fracciones parlamentarias desarrollan. Hasta ahora, el Poder Ejecutivo y Poder Legislativo contaban con una relación accidentada; sin embargo, de poco sirve la mayoría legislativa que tiene Claudia Sheinbaum si los coordinadores parlamentarios son los principales saboteadores de la relación.

El senador Monreal no es conocido por su lealtad política y partidista, los conflictos con Claudia Sheinbaum quedaron manifestados en el realineamiento electoral de la Ciudad de México. El poder de la presidencia no puede quedar manipulado por los intereses del monrealismo que, incluso, habla de abandonar Morena y transfugar a Movimiento Ciudadano o Fuerza por México para ejercer el poder de veto sobre la presidencia de la república de un modo más efectivo. El parecido entre Diego Fernández de Cevallos y Ricardo Monreal cada vez es más cercano.

Claudia Sheinbaum cuenta con un enorme poder y responsabilidad que no puede compartir como ocurrió en el caso de Ernesto Zedillo o José López Portillo. El reclamo histórico será más que brutal.

Monreal y Adán Augusto debieran ser sustituidos y recompuestas las comisiones legislativas que construyeron en base a sus intereses patrimonialistas. Ambos personajes representan dimensiones frívolas y conspicuas que lastimarán profundamente el morenismo y la figura presidencial.

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