Epstein

Samuel Schmidt

Vox populi está convencida de que el “suicidio” de Jeffrey Epstein en prisión no fue tal, muchos están convencidos que lo silenciaron enviándolo al otro mundo donde ya no podría testificar sobre los casos de alto nivel, como el del príncipe de Inglaterra y de Trump, pero no han salido otros nombres que visitaron la famosa isla de la ignominia, aunque hay los convencidos que lo mandaron al infierno.

Con el principal sujeto de una red internacional de pedofilia muerto, se creía que el silencio caería sobre aquellos que se beneficiaron del crimen, y con su cómplice encarcelada recibiendo un trato preferencial del gobierno, se supone que ella callará lo que hay que callar de quién hay que callar. Porque de que vio mucho no hay duda.

Pero Epstein vive por medio del registro de mensajes y correos electrónicos, sobre los que se ha desarrollado una guerra entre los dos partidos principales, cada uno libera sus mensajes, ¿sabrán que con IA se puede descubrir lo que sea en cuestión de segundos?

El factor sensible para el actual gobierno de Estados Unidos y su partido -porque ya es de el- es saber cuál fue la participación de Trump en el tráfico y explotación de menores. El por supuesto que lo ha negado, y la respuesta la daba el esconder la información de Epstein, pero finalmente la maniobra de encubrimiento se cayó.

El republicano líder del congreso congeló la toma de posesión de una demócrata porque ese era el voto necesario para abrir los expedientes y se anuncia la votación en el congreso la semana entrante para abrir todos los expedientes y se espera que se apruebe.

Ante esta voltereta política, los republicanos se alejan de Trump, dejándolo que lleve la carga de la acusación y prueba de su pederastia, pero no lo hacen por un ataque de remordimiento, o de toma de conciencia, sino que lo hacen para salvar el cuello.

Las elecciones de este mes le demostraron a los republicanos que los demócratas estaban beneficiándose con los errores de Trump, la inflación y el costo de la salud y no era difícil que vieran que en noviembre de 2026, el voto de protección a la pederastia, estaría en las boletas electorales de los distritos. Ese si es un tema sensible que puede mover el voto, sumado a que posiblemente la inflación siga subiendo y que las aseguradoras médicas están subiendo sus primas.

De mostrarse como se espera, que Trump sabía muy bien la edad de las mujeres explotadas por Epstein y de que el participó sexualmente con menores de edad, será intocable debido a que la Suprema Corte definió que el presidente no puede ser juzgado.

Pero se verá tocado en su calidad moral, lo que tendrá consecuencias políticas.

Los demócratas podrán intentar el impeachment otra vez, crear una comisión investigadora sobre la red de pederastia de Epstein. Aunque no tenga posibilidad de ser aprobado, sería el centro del debate político. Ese proceso coincidiría con el proceso electoral del año entrante y pondría a los republicanos en la disyuntiva de perdonarlo, y quedar como cómplices del pederasta, seguir adelante con el impeachment y cargar con la acusación de tener como presidente a un abusador sexual y castigarlo y tener el proceso de sucesión que creará muchas olas, porque lo reemplazara un extremista. Esa sería una jugada maestra que les permitiría a los demócratas recuperar el control del congreso y el senado.

La voz de Epstein se escucha desde donde este y si le ponen el megáfono adecuado, podrá convertirse en una carta importante para la definición de la política estadounidense del futuro.

@shmil50