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Es la crisis amigo, es la crisis

Última Instancia

Carlos Angulo Parra

La oposición en México es muy pobre y mala, casi igual que lo que es el gobierno federal, pobre y malo. Pero la oposición puede dar un salto cuántico hacia una oposición verdadera, cosa que no puede hacer el gobierno que dirige nuestro presidente. Ya todos sabemos eso, nuestro presidente no tiene ni el espíritu para rectificar ni las ganas para ello.

Lo que voy a expresar aquí deriva de las ideas de un politólogo extraordinario, Gerardo de la Concha. En una reciente conferencia expresó la siguiente conceptualización sobre el discurso político que debe adoptar la oposición.

Emulando lo que mencionó James Carville en 1992, estratega presidencial de Bill Clinton, “It’s the economy stupid”, de una forma más amable lo ponemos como “es la crisis amigo, es la crisis”. Que parte de las siguientes bases:

1. Nuestro presidente es un psicópata narcisista. La palabra narcisista, según la Real Academia Española, es la “persona que cuida en exceso de su aspecto físico o que tiene un alto concepto de sí misma”. Obviamente que a nuestro presidente la cae “como anillo al dedo” la segunda acepción de la palabra.

2. El presidente está amasando una dictadura. Poco a poco hemos visto como va avasallando a las instituciones para que se vayan poniéndose a su completo servicio y sujetas a sus caprichos.

3. El presidente ha generado una gran discurso político (“narrativa”, para utilizar la palabra de moda), que hace una síntesis perfecta entre una ideología de izquierda con un acendrado presidencialismo priista.

4. El presidente está extasiado en ser el centro de todo lo político que sucede en el país.

5. El presidente, por su narcisismo, es insensible de la crisis que ha generado encima de la crisis derivada por la pandemia.

Basado en lo anterior, todos los que no estamos de acuerdo con las políticas del gobierno federal debemos centrar nuestra conversación en la crisis. Esta crisis es:

1. De salud, al faltar medicinas y vacunas; al haber generado casi un millón de muertos por las políticas públicas absurdas.

2. De falta de seguridad pública, cuando se prefiere atacar a los enemigos políticos y científicos, sobre los criminales que masacran y extorsionan.

3. Económica, por la falta de apoyo a las mipymes y pymes, que han generado desempleo masivo; por la fuga de capitales, por la caída en la inversión; por la falta de Estado de Derecho, por la falta de certeza y seguridad jurídica generada por los ataques a la iniciativa privada, principalmente en temas energéticos; por el ataque a las instituciones.

4. Polarización de la sociedad, en donde cotidianamente se ataca y denosta a los artistas, a los profesionistas, a la clase media, a los que estudian en el extranjero, a las organizaciones de mujeres. Esto, como tipo la revolución cultural de Mao.

¿Qué hacer para enfrentar y solucionar todo esto que está sucediendo?

La tesis es: poner en el centro de todo a la crisis en lugar del presidente.

Hay que poner a la crisis en primer lugar, como tema, como definición, como diagnóstico, como programa, como actividad, como lenguaje, como discurso político, como propaganda.

Hay que reconocer que la crisis es lo que nos está afectando, lo que está desintegrando a las familias, ahuyentando a los intelectuales y científicos, que están saliendo del país.

Al poner a la crisis en el centro de todo, quedará nuestro presidente narcisista en segundo lugar. Ante la crisis, todo el discurso del presidente, sus mañaneras, sus chistes sarcásticos, sus dicharachos, sus ocurrencias, su denostaciones y discurso político en general, caerán de la gracia de los ciudadanos.

Los que viven engañados con el discurso del presidente tendrán elementos en su contra, cuando se ponga a la crisis en su perspectiva central. Cuando el tema central de la gente sea sus afectaciones a su familia, a su salud, a su seguridad a su empleo a sus ingresos y su futuro en la vida sea lo principal, en contraste a lo que dice y hace el presidente de la República.

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