Última llamada
El régimen de la revolución mexicana gustaba de socializar las pérdidas del sector privado, esto lo hacía por medio de la estatización de empresas fallidas, lo que salvó a los malos empresarios y le impuso una carga brutal al fisco, o sea a la sociedad.
Pero Zedillo llegó al extremo de salvar a los empresarios golosos y abusivos y hasta propició la llegada de empresas que se beneficiaron de ese salvamento, nos referimos por supuesto al FOBAPROA.
La torpeza de Zedillo propició la crisis del error de diciembre que los bancos aprovecharon para lanzar las tasas de interés por arriba del 100% causando la quiebra de miles de negocios, y el neoliberal encontró la respuesta en cargarle la deuda al fisco, o sea a los mexicanos.
En el año 2,000 la deuda alcanzaba 704 mil 918 millones de pesos, 21 años después alcanza 1.4 billones de pesos y eso que ya se pagaron un billón 21 mil 471 millones. El próximo año el pago del FOBAPROA consumirá un presupuesto similar al de la secretarías de Marina, o de Energía o Medio Ambiente y Recursos Naturales.
La lista de beneficiarios del FOBAPROA sigue siendo secreta y los bancos internacionales llegaron a México atraídos en parte por las elevadas tasas que pagan esos bonos. El FOBAPROA es un nudo de horca corredizo y conforme pasa el tiempo aprieta más.
A los neoliberales les preocupa poco la salud fiscal de la nación y mucho menos el bienestar de las mayorías, tal vez llegó el momento de que el gobierno ponga alto a este abuso.
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