Diego Martín Velázquez Caballero
Ocurre un movimiento conservador en Norteamérica que escapa a las estructuras de control social que las derechas republicanas representan. Ha ocurrido en el pasado, el empresario Ross Perot consiguió acumular amplias simpatías de los estadounidenses que observaban la descomposición del aparato público y representa uno de los outsiders que más lejos avanzaron en el sistema político. Ahora, Donald Trump, quien ha tenido éxito para alcanzar la Casa Blanca y sobreponerse al partido republicano, intenta una segunda parte en la historia del civilismo estadounidense.
Hace largo tiempo que la opinión pública norteamericana encuentra como diferencia entre republicanos y demócratas, la misma que existe entre la Pepsi y la Cocacola. El colectivo que apoya a Donald Trump es variopinto pero se enfoca en cuestionar y rechazar la hegemonía de un aparato público que está limitando las libertades, seguridad y orden en Norteamérica. Trump está por encima de los republicanos y, algunos de estos, han decidido apoyar a Kamala Harris y el statu quo de las élites que gobiernan.
A pesar de todo, el pueblo semi soberano de Norteamérica reacciona. Las encuestas van y vienen, no se define claramente una ventaja y nadie tiene un escenario decisivo. ¿Por qué Donald Trump se recupera en las encuestas y se sobrepone hasta la ventaja mínima? El Movimiento Qanon, estudiado como un fenómeno del conservadurismo norteamericano entre las derechas extremas y alternativas, representa no sólo las mayorías silenciosas WASP sino la crítica social hacia la burocracia del gobierno federal y la corrupción de la Casa Blanca; incluso, el anhelo de paz frente al deterioro geopolítico que la administración de Joe Biden y Kamala Harris han provocado.
La narrativa Qanon involucra el cuestionamiento a varios temas de la manipulación política que distinguen al gobierno estadounidense en el interior y allende sus fronteras. El internet y diversos medios de comunicación han conjuntado en Qanon a grupos sociales de la más diversa índole, no es sólo la unidad en contra de la deswasapización que representan los demócratas sino la crítica contra el fracaso de la política democrática neoliberal y globalizadora. Qanon es una revolución social que trasciende los medios de comunicación tradicionales y las instituciones de control social gubernamentales.
Si existe una mayoría silenciosa que lleva a cabo una guerra sintética contra los nodos del poder político clásico estadounidense, está se encuentra del lado de Donald Trump y la representa Qanon. Una amalgama de diversas derechas y conservadurismos, aristocracias y nativismos, identidades y nacionalismos, cristianismos y devociones singulares, científicos, médicos y líderes sociales que rechazan los costos del imperialismo norteamericano. La elección norteamericana representa también una consulta sobre el estado del mundo.
Es cierto que Qanon puede estar influida por alguna plutocracia norteamericana perjudicada por el proceso globalizador; sin embargo, la ola conservadora global se ha centrado en cuestionar los daños que la globalización neoliberal ejecuta contra la humanidad, la democracia no puede cohesionarse con el neoliberalismo en forma dogmática y acrítica. La crisis de la democracia liberal y el extravío mental de los dirigentes políticos que se someten a la plutocracia globalista, genera acciones colectivas como Qanon que tienen efectos imprevistos.
Emmanuel Todd expone el desconcierto del la democracia liberal, el europeísmo y la globalización frente al caos geopolítico; no entienden que no entienden. La administración Biden perdió la oportunidad de reconciliar Estados Unidos y el mundo; al contrario, justificó a ciegas el camino sociopolítico que provoca tanto daño a las diversas civilizaciones. Por ello, Trump y Qanon avanzan, la mayoría silenciosa que busca la regeneración estadounidense se prepara frente a la rebelión de las élites.
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