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La sociedad manda

Divagaciones de la Manzana


Martha Chapa


Tras un aparente letargo que impuso la pandemia del coronavirus, hoy con la Marcha por la Democracia, quedó en claro que la sociedad civil está despierta, vital, participativa, así como exigente en la defensa de sus libertades, seguridad y bienestar social.

En contraste, lamentablemente el régimen gubernamental que padecemos desde hace cuatro años, confirma su necedad, cerrazón e insensibilidad. Un autoritarismo fuera de espacio y tiempo en función de la sociedad actual, sus valores, luchas y conquistas ganadas a pulso en el devenir histórico y desde luego en los días actuales. Es cierto que toda institución es perfectible, pero el INE funciona bien y no es la prioridad.

Un presidente que para asombro e indignación de todas y todos nosotros, continúa con sus extravíos conceptuales e insultos en contra de quienes osen disentir de su tozudez, anacronismos e ineficiencias para gobernar.

Actitudes y reacciones que denotan no sólo desesperación, porque a más ya de la mitad del sexenio, los resultados son pobres y en muchos casos hasta nefastos y regresivos, además de mostrar una evidente frustración de que millones de mexicanos que votaron por él, ahora están frontalmente en su contra, sumamente decepcionados y contrariados por tratarse de un régimen que a fin de cuentas ha resultado empobrecedor, demagógico y con un abultado catálogo de ineptitudes.

El domingo pasado, día de la marcha, miles de ciudadanos tomaron las calles y levantaron la voz fuerte y contundentemente en las principales ciudades del país, más de cincuenta, para expresar su repudio a la intentona de destruir o desvirtuar al INE y controlar las elecciones, como se hacía u ocurría en México en los tiempos del hegemónico PRI. Una lucha que costó muchos años de movilizaciones y hasta la pérdida de vidas para que se lograran esos cambios en

México. Y una lección histórica capaz de frenar y menguar al borde de la extinción a aquel partido o grupo político que intente pasar por encima o desoiga la voluntad popular. Vean si no como es la realidad del actual PRI, tan menguado y reducido que podría incluso desaparecer, sobre todo ahora a causa de esa corriente encabezada por la reprobable gestión de Alejandro Moreno, respaldando los afanes autoritarios y extorsionadores de López Obrador.

Al igual, algunos miembros del gobierno actual, incluidas las corcholatas se evidenciaron con declaraciones que pretendieron vanamente minusvaluar o achicar la expresión multitudinaria de tal movilización, de más de 500 mil asistentes, y que en el colmo de la estupidez y la bajeza políticas, fue el propio vocero oficioso, Martí Batres, quien sólo alcanzó a contar 10 mil manifestantes, lo cual de paso es un indicador de lo que ocurriría también si el gobierno le permitiéramos contar los votos en elecciones futuras. Es verdaderamente increíble que ese grotesco porro y tan cretino como inútil funcionario ocupe una posición como la que actualmente le concedieron, bajo el supuesto de su capacidad operativa, que como constatamos una vez más es de “risa loca”. Que diferente y contrastante fue en cambio la posición de Ricardo Monsreal, inteligente, ecuánime y conciliador.

Pero lo verdaderamente importante es la movilización ciudadana que dejó claramente ayer un mensaje de lo que no se quiere y no se va a permitir, salvo que el presidente dé la espalda a los mexicanos y se empecine en imponer sus empolvados pensamientos, ambiciones personalistas y amenazas represivas.

Probado está, que cuando la sociedad llega a sus límites de tolerancia, paciencia y madurez cívica, reacciona ya sea con el activismo o el voto, cambiando la historia para salvaguardar las libertades, la democracia, la equidad social y una prosperidad económica que beneficie a todos, en especial a quienes más lo necesitan.

Por aparte, va un aplauso para las más de cincuenta organizaciones de la sociedad civil que convocaron y participaron. También, para José Woldenberg, un ciudadano ejemplar, valiente y lúcido, que alzó la voz a nombre de todas y todos para exigirle a López Obrador que no se equivoque y entienda que es un servidor

público que debe atender nuestras demandas, y gobernar bien y para todos, pues de lo contrario, lo rechazaremos en las elecciones del 2024, por su fallido gobierno, o en otras palabras que la Nación ha de demandárselo o lo demandará hoy y mañana también.

Sigamos entonces actuantes y críticos para defender nuestras instituciones y a la Patria misma.

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