Loris Zanatta y los liberales salvajes de Nexos
- fermarcs779
- May 15, 2023
- 4 min read
Xochitl Patricia Campos López
Está intentándose por parte del círculo rojo aproximar la cultura política tradicional de México a lo que en las últimas fechas se ha denominado aspiracionismo. El estudio demoscópico que trata de medir cambios longitudinales en la cultura política mexicana registra criterios semejantes al pasado, pero que los analistas del círculo rojo pretenden modificar bajo el contexto de las elecciones rumbo al 2024 y la sucesión presidencial. El concepto atribuido a la nueva información se denomina “Liberalismo salvaje” y con ello pretenden aproximar las características sociopolíticas mexicanas al mundo anglosajón y al fenómeno del individualismo económico racional. Estos criterios, por más interesantes que parezcan, se están manejando en forma equivocada y buscando influir en las elecciones.
La cultura política mexicana es distinta radicalmente de la anglosajona. Iberoamérica no es liberal, sino todo lo contrario. Afirmar que la condición mexicana está configurándose como liberalismo salvaje, al menos, debe ser visto con muchas reservas.
Loris Zanatta, historiador de los populismos iberoamericanos, enlaza la cultura antiliberal de sociedades como México con el corporativismo orgánico católico (tautología que precisa desglosarse) y, al mismo tiempo, con los intentos fallidos de modernización, democratización y, sobre todo, desarrollo económico. Aunque, de entrada, también desconcierta la clasificación que hace de Fidel Castro como rey católico, los argumentos sociohistóricos de Zanatta resultan más coherentes que los de Nexos, construidos artificialmente para generar antinomias y falacias.
Charles Wright Mills señalaba que la gran diferencia de Estados Unidos con Latinoamérica radicaba en que la Unión Americana no había tenido Edad Media y las colonias españolas y portuguesas no solo tuvieron un orden medieval feudal sino la Contrarreforma. Es verdad que la distancia entre Europa y América generó espacios autónomos, aunque esto fue en ventaja de los criollos y europeos avecinados, sólo que, mientras en Norteamérica los anglosajones evolucionaron para construir el modelo presidencial, el federalismo y la modernidad capitalista; en Iberoamérica se consolidó la Edad Media para beneficio de las órdenes religiosas, los criollos, peninsulares, hacendados y grupos aristocráticos bajo el esquema del patrimonialismo.
El Modelo Habsburgo, el patrimonialismo burocrático que institucionalizó Hernán Cortés, constituye el alma de México y Latinoamérica, incluso después de la independencia y como marca indeleble en la narrativa populista de izquierdas y derechas ¿Por qué conceder en menos de cuarenta años el cambio del patrimonialismo hacia el “liberalismo salvaje”? La interpretación de los resultados demoscópicos que se hace desde la revista Nexos, constituye un propósito mal intencionado que niega las instituciones y realidad mexicanas.
La idea del liberalismo salvaje obliga a comprender las acciones de Jorge Portilla o aceptar que el círculo rojo ha enloquecido, también a leer la propuesta del excepcionalismo mexicano que propone César Cansino quien cuestionaba acremente a Nexos desde hace varias décadas
Fernando Escalante Gonzalbo define a la sociedad mexicana como una república mafiosa, es decir, la Sicilia Norteamericana donde priva un orden inmoral y escasamente cívico como el que estructuró el imperialismo español y que se ha perfeccionado con el tiempo.
El contexto iberoamericano estimula la escuela de la corrupción y las democracias autoritarias. El patrimonialismo corporativista, el muégano, la falta de Estado y ciudadanía provoca el orden cívico liliputiense que tanto se ha descrito en la revista Nexos. ¿Cómo que ahora esta conducta es liberal, aunque salvaje?
Los conflictos hacia la visión intervencionista del modelo político de la 4T orillan a interpretar mal intencionadamente los valores de la cultura política y a confundir a la opinión pública que arroja el reciente estudio de la revista Nexos. El mexicano es un liberal salvaje aspiracionista y por esto debe aceptarse todo lo que hace, por ejemplo que sea narco y le guste Peso Pluma, menos que vote por Morena. La confusión de la magnesia con la gimnasia.
Un corrupto es un corrupto, no un liberal. Un narcotraficante es un criminal, no un liberal salvaje. Ambos estereotipos reproducen simbólicamente la acumulación de capital, pero le hacen mucho daño al estado mexicano y al orden social.
El neoliberalismo no mejoró la cultura política de los mexicanos. Al contrario, Los análisis de Samuel Huntington y la política migratoria de Norteamérica hacia la cultura hispana son los verdaderos estándares para sopesar la cultura liberal salvaje. También son los criterios para establecer las tareas que tiene el Estado mexicano y el gran obstáculo que representa el muégano del patrimonialismo corporativista para alcanzar un liberalismo saludable.
Los principales representantes del Modelo Habsburgo se disfrazan de neoliberales y sabotean al Estado mexicano bajo cualquier circunstancia. Ni bien se definen como pro estadounidenses ni pretenden realizar como gobierno las tareas precisas de políticas públicas para elevar el nivel de desarrollo en Latinoamérica y cerrar las enormes brechas de desigualdad histórica.
La tarea por realizar en Latinoamérica y principalmente en México, radica en definir el Estado y abandonar la Edad Media que ha empoderado el poder invisible. La discrecionalidad y corrupción -bonitas costumbres conservadoras- que definen el patrimonialismo burocrático trocado en Liberalismo salvaje.
El estudio de cultura política tan señalado como posibilidad de influir en las tendencias electorales al confundir la gimnasia con la magnesia confirma las razones del populismo como variable desestabilizadora que presiona cambios cualitativos y equitativos en el orden socioeconómico de las sociedades hispanoamericanas.
La revolución mexicana y las revoluciones de independencia en el siglo XIX hispánico, establecen ese criterio de demanda social que radicaliza la justicia. Sólo con justicia social puede contenerse el liberalismo salvaje que cada vez nos aproxima peligrosamente a la civilización fallida.
Comentários