MAGA, el IV REICH
- fermarcs779
- Feb 23
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Xochitl Patricia Campos López
Los efectos espaciales del republicanismo trumpista en diversas latitudes están aparentando una Operación Blitzkrieg por el efecto diplomático en algunas naciones y organismos internacionales; sin embargo, carece de un auténtico impacto militar y económico. Donald Trump ha sido inteligente en imitar las estrategias de Erwin Rommel cuando ganaba batallas en África usando bochitos para simular tanques de guerra. El pensamiento del trumpismo carece de prospectiva y plataforma de acción auténtica, simplemente está tratando de aparentar fuerza para atraer a Vladimir Putin y construir una nueva versión del Pacto Ribbentrop-Molotov. No obstante, el verdadero peligro es China y frente a ellos Donald Trump no genera mayor agravio.
Mientras los Estados Unidos aparentan convertirse en el IV Reich y generar toda la parafernalia nazi bajo Goebbels-Musk; China avanza materialmente, sobre todo en tecnología, y Rusia gana guerras de verdad. El extremo ha sido la reivindicación del infame saludo hitleriano para generar identificación y unidad en sus adherentes del CPAC. Si Eduardo Verastegui no puede ganar la batalla frente a la aplicación del INE para conseguir los 300 mil afiliados que exige el registro de su partido político ¿Qué sentido tiene saludar de la manera más despectiva globalmente, simulando un poder que no existe y ni siquiera alcanza a materializarse? Después de la Segunda Guerra Mundial, el nazismo se convirtió en una vergüenza marca de la derrota y signo del cretinismo totalitario absoluto; representa una de las falacias más grandes de todos los tiempos.
La crisis de la democracia liberal capitalista se debe a los plutócratas tecnofeudales como Elon Musk que han obligado a que los autoritarismos competitivos como Rusia y China irrumpan con fuerzas cuasi totalitarias. Musk juega a ser Goebbels o Himmler, pero la humanidad no está ahora en un juego virtual interactivo. Casi cinco mil millones de personas en el mundo presentan situaciones económicas complicadas y avanzarán sobre Occidente, África y América Latina de cualquier modo. ¿Deberían ponerse a estudiar los Brujos de Trump las Profecías de Nostradamus? ¿Hay tiempo de crear un Eje frente a la Ruta de la Seda? El juramento pardiazul no sirve de nada.
Estados Unidos tiene como prospectiva y dificultad la creación de un autoritarismo competitivo como el Putinista en su esfera de coprosperidad, es decir, Latinoamérica. La nueva Guerra Fría entre China y los Estados Unidos torna en una profunda desventaja a los norteamericanos y, por ello, el juego de la estupidez debería cancelarse.
Los plutócratas y tecnofeudales de Occidente tienen que reivindicar las estructuras estatales y la cultura de la modernidad frente al Despotismo Budista Mandarín que avanza firmemente aspirando la totalidad. El debilitamiento del Estado de Bienestar y la dogmatización neoliberal destruyeron las instituciones republicanas, la seguridad y el civismo. Sin embargo, no existe posibilidad alguna para una modernidad reaccionaria bajo los esquemas del capitalismo criptodigital; el mundo requiere de un “New Deal” antes de que sea demasiado tarde.
El siguiente paso de los nazis vergonzantes será la vestimenta vanguardista, los injertos de cabello, los cosméticos y el perfil de belleza; creen que están en 1933. China ha dado el salto al 2100 e, incluso, podrían prescindir de Rusia; el gigante asiático es hegemónico por la magnitud de su población más que por su autarquía territorial.
La democracia liberal capitalista fue el sedimento de la clase tecnofeudal que gobierna una porción considerable de la humanidad todavía; pero que, si no rectifica en su dimensión social y política, pronto se encontrará de rodillas frente al poder chino ineluctablemente.
De momento, la única Blitzkrieg en el trumpismo es la degeneración muskiana
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