Samuel Schmidt
Como parte de un congreso de estudios fronterizos realizado en Berlín, hicimos un viaje a la frontera con Polonia, bajo la hipótesis de que esa frontera se parecía a la de Estados Unidos y México, asimetría similar y flujos humanos y comerciales similares. Ya dentro de Polonia alguien circuló un artículo del New York Times (NYT) describiendo la zona que visitábamos y lo primero que pensé es que el reportero visitó otra zona, porque lo descrito y lo que veía no se parecían en nada, por supuesto que el artículo era negativo.
Jayson Blair fue despedido de su trabajo de reportero en el New York Times por plagiario. Encontraron que plagió e inventó historias en por lo menos 36 artículos. El periódico no pudo o no quiso precisar la cantidad exacta.
Los empleados de ese periódico no tienen el monopolio del engaño. Stephen Randall Glass que trabajaba para el New Republic (1995-1998) fue despedido cuando se reveló que muchos de sus artículos publicados eran invenciones.
Lo primero que brinca a la mente es que esos medios que se reputan por confirmar y reconfirmar fuentes para asegurar que no mienten o distorsionan la verdad, o son negligentes o incompetentes, porque les toma años descubrir que en sus páginas se miente. 36 artículos por lo menos de Blair. Wow.
Lo menos que podemos pensar es que el NYT vive de una gloria pasada a la que no le hace justicia.
El tema viene al caso porque Tim Golden publicó un artículo acusando a la campaña de López Obrador de haber recibido fondos del Narco, la prueba del periodista es un dicho de alguien de la DEA. El gobierno de Estados Unidos negó que exista alguna investigación al respecto.
Llegó el turno del New York Times para insistir en un asunto ya negado del que tenían que saber la versión de su gobierno, si no la saben entonces no hacen su trabajo. El gobierno de Estados Unidos reiteró que no hay investigación.
Dos preguntas resaltan: ¿qué busca el NYT? Es totalmente válido y necesario que un periódico investigue al gobierno, para lo que debieron haber indagado sobre la segunda pregunta, ¿qué busca el agente de la DEA que hizo esas declaraciones? Lo que es evidente es que el periódico se subió a la campaña presidencial mexicana mintiendo.
En las teorías conspiranoicas se sugiere que la nota del NYT salió después que la candidata de la derecha se entrevistara con ellos. ¿Acaso el periódico se vendió?, todo es posible porque nadie es la inmaculada concepción, ¿Acaso el periódico comparte intereses económicos, políticos e ideológicos con la coalición opositora o algunos de sus miembros?, lo que también es posible y hasta válido. El periódico debe transparentar la reunión y hacer publica la existencia o no de conflicto de intereses.
Las relaciones del gobierno mexicano con la DEA han sido problemáticas ya que heredó una situación de injerencia muy activa por parte de esta y otras agencias estadounidenses.
Hay diversas opiniones en Estados Unidos respecto a México; con frecuencia salen aquellos que desean invadir o bombardear; otros prefieren impulsar proyectos de integración económica. ¿Con cuál de éstos se alinea el NYT?
Acusar de narco a un presidente puede desatar una crisis política profunda y propiciar su caída, que en medio de elecciones puede ser catastrófico; pero también busca crear un clima en contra del partido en el poder para fortalecer a la oposición. El NYT sabe que los periodistas difícilmente tiran gobiernos, es realmente un garbanzo de a libra cuándo generan las condiciones para una indagatoria profunda como en el caso Watergate que tiró a Nixon.
Normalmente a los periodistas molestos los encarcelan, Rusia tiene a 22 periodistas encarcelados, entre ellos Evan Gershkovich reportero del Wall Street Journal acusado de espionaje y que le esperan 20 años de prisión, o hasta que lo canjeen. El caso Asange es emblemático, porque después de transparentar infamias lleva 11 años entre asilo en embajada de Ecuador y de prisión tratando de defenderse del gobierno de Estados Unidos que lo quiere encarcelar en cadena perpetua, Australia quiere encarcelarlo 175 años; a otros los matan como el saudita Kashogi, o en México a Manuel Buendía y a otros 163 asesinados desde el año 2,000 según Artículo 19; o los desparecen. Según Reporteros Sin Fronteras de 1995 a 2023 en el mundo ha habido 84 casos de periodistas desaparecidos, de los cuales 31 son en México.
Es práctica común en Estados Unidos que los medios apoyen abiertamente a algún candidato, internacionalmente lo hacen por medio de su línea editorial, lo que puede considerarse una injerencia en la política de otro país.
Nadie es perfecto, al mejor cazador se le va la liebre, pero los errores y fallas de reporteros y editores del NYT manchan la reputación del periódico y le quitan calidad moral para criticar/acusar; grave que usen el dicho de un agente de la DEA para ensuciar a López Obrador.
@shmil50
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