Santiago Roig
La comidilla de la semana fue un video donde un grupo de actores (la mayoría de los cuales no conozco) piden que se detenga la construcción del Tren Maya. Simplemente por el momento en que decidieron lanzarlo ya puede uno sospechar una intención política: echarle a perder al presidente López Obrador el éxito de la inauguración del Aeropuerto Felipe Ángeles en la misma semana. Con esto en mente se podría desechar el asunto como un plañido mas de la derecha y en paz.
Sin embargo el tema no es menor, sobre todo asumiendo que alguno o algunos de estos actores actúan (sin intención de ironizar) de buena fe.
Decía un amigo “aceptando sin conceder”: si le decimos NO al Tren Maya ¿a qué le decimos SI?
México es el décimo tercer país por extensión territorial y el décimo por población en el mundo. Eso es un montón de gente y mercancías que transportar en un espacio enorme. Aun cuando lo viéramos solo a escala de ciudades en la gran mayoría tenemos que la movilidad se ha vuelto un dolor de cabeza. Para intentar mejorar la situación se ha propuesto en otros países reorganizar la vida para tener “ciudades de 10 o 15 minutos” es decir que la mayor parte de las necesidades como médicos, farmacias, escuelas, tiendas de comida y demás servicios, idealmente incluido el trabajo, se encuentren en un radio de 10 a 15 minutos máximo de la vivienda, utilizando formas de movilidad sustentables como ir a pié, transporte público o la bicicleta. Sin embargo sigue y seguirá habiendo muchas razones para requerir el traslado de personas y mercancías a otras partes del país o del planeta.
Actualmente la solución mas socorrida es el uso de transportes terrestres autónomos, es decir autos y camiones. Sin embargo, hay un acuerdo prácticamente mundial que señala que los combustibles fósiles empleados en este tipo de transporte han sido hasta la fecha responsables de buena parte de la contaminación y el deterioro del clima. Por otra parte requieren de infraestructura como carreteras, avenidas, puentes, estacionamientos y otras estructuras que también agreden el entorno tanto o más que una vía de tren. Las soluciones individuales como los automóviles particulares requieren mucho mas espacio para transportar personas o equipaje que las colectivas y de estas últimas el tren es con mucho el que mejor aprovecha el espacio de carga y de pasajeros, además de que permite cierta libertad de movimiento dentro del tren mismo y acceso a cosas como servicios sanitarios, restaurant, etc. De hecho en muchos países el tren es un medio de transporte favorecido debido a estas comodidades. Es claro que los automóviles proporcionan mucha mas libertad en cuanto a los tiempos y las formas de viajar, pero si la red de trenes fuera lo suficientemente grande se convertiría en un simple ejercicio de planeación el ir de un lado a otro con toda comodidad, aprovechando el tiempo en el tren para trabajar o para esparcimiento.
Técnicamente no creo que haya mucha discusión: el tren es por mucho una mejor opción, además de que electrificar una red de trenes para hacerlos mas sustentables desde el punto de vista energético es bastante mas sencillo que hacerlo con un parque automotriz del tamaño del de nuestro país.
¿Por qué hay tanta reticencia hacia este tipo de transporte? Creo que los factores son varios: es un hecho que los viejos trenes eran realmente una forma bastante lenta de viajar en un mundo donde la
velocidad se fue convirtiendo en una premisa para todo, aunque en la actualidad ya hay trenes mucho mas rápidos que los autos o los camiones; está también el problema de que nuestra sociedad ha ido impulsando las soluciones individuales por encima de las colectivas en casi todo: vivienda, salud, y por supuesto el transporte. Otro aspecto es que construir un tren puede ser bastante caro y el retorno de la inversión mas lento que en otras soluciones. Finalmente, no hay que negarlo, la industria del automóvil (y el camión), que sufriría con una solución radical de tipo transporte ferroviario, es una industria sumamente poderosa desde un punto de vista económico, lo mismo que la de los combustibles fósiles. La opción del automóvil, enfocada al individuo, con grandes ganancias económicas a costa del medio ambiente y el clima, está mucho mas acorde con la forma de pensar del modelo económico que ha sido el dominante en los últimos años, eso también está detrás de la animadversión contra el tren y eso no esta cerca de cambiar. Para tener una red funcional de trenes en el país requerimos un real cambio de mentalidad que privilegie las soluciones colectivas por encima de las individuales.
Entiendo que la refinería de Dos Bocas es un mal necesario con miras a la independencia energética (aunque el lugar, en mi opinión, fue pésimamente elegido), pero basta hacer un viaje mas o menos largo por la carretera panamericana, por ejemplo, para darse cuenta de que entre las nuevas gasolineras y las que apenas están en construcción los verdaderos ambientalistas estamos perdiendo la batalla.
México ha tenido trenes desde la época de Porfirio Díaz, los tiene aún aunque estén en manos privadas y la red sea pequeña. Fueron Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo los encargados de acabar con esta opción privatizándola. Como anécdota puedo referir que en 1995 se planeó un Tren Rápido Interurbano de Guanajuato (TRIG) que debería cubrir mas o menos lo que se conoce como el corredor industrial del bajío (León – Celaya) y que es una zona densamente poblada y de gran movilidad. Con el proyecto bastante adelantado e incluso parte del derecho de vía ya adquirido se canceló el plan. No recuerdo la razón formal, pero lo que se manejó insistentemente es que el lobby de transportistas de esa zona hizo todo lo posible por - ¿descarrilar? - el proyecto. Otro argumento fue que era muy costoso para que un gobierno lo asumiera, lo que va otra vez de acuerdo con el modelo económico imperante entonces. Enrique Peña Nieto intentó construir un par de líneas, pero la de Ciudad de México a Querétaro terminó en un fiasco, mientras que la de Toluca a CDMX está inconclusa.
Alguien podría pensar que el avión puede ser también una solución ya que no requiere de tanta infraestructura terrestre y desde ese punto de vista no daña tanto el medio ambiente, sin embargo es tan contaminante que hasta donde yo sé en Europa se está implementando la estrategia de cancelar las rutas de menos de una hora que tengan la opción de ser cubiertas en tren, aunque obviamente sea mucho mas largo. Si alguien tiene dudas sobre este efecto contaminante del avión le recomiendo un pequeño ejercicio: hay páginas en internet donde es posible calcular la huella de carbón personal. Se puede hacer una simulación incluyendo uno o dos viajes en avión en nuestras actividades y ver cuanto cambia ese valor.
Así pues, volviendo a la pregunta del principio ¿qué proponemos en lugar del Tren Maya o de los trenes en general? Con la tecnología actual no veo otra alternativa. Es loable el interés de los actores por defender la selva de Yucatán, pero están errando completamente el tiro. Nuestra casa no es solo esa región, es todo el planeta y los combustibles fósiles, con o sin Tren Maya, tienen una larga vida por delante si no nos organizamos con otra clase de miras que no sean los golpes políticos de ocasión.
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