Salgado Macedonio le es desagradable a muchos, algunos recuerdan sus desplantes y agresiones, en especial sus víctimas sexuales, sin embargo, y no obstante las múltiples voces que se levantaron protestando por su nominación, MORENA lo mantiene como candidato a gobernador y lo peor (para algunos lo mejor) del caso, es que según las encuestas es muy posible que gane.
La paradoja del caso Salgado es que el ruido levantado sobre su candidatura ayudó a consolidarlo, ya sea porque lo hizo más famoso, o porque polarizó las cosas al grado que algunos se empeñaron en no ceder la plaza. Por desgracia la política es una batalla de posiciones, unos quieren ganar más otros no quieren perderlas.
Parte del problema consiste en que a los líderes de los partidos políticos los evaluan según sus derrotas o triunfos electorales, nunca respecto a la fidelidad ideológica, que en México ya es una rareza, o la fidelidad moral, que al parece ha caído mucho, al parecer han revivido el cinismo aquel que decía que la moral era un árbol de moras.
Algo tiene Macedonio como para haber vencido las resistencias feministas y moralistas a cambio de lo que parece será una victoria electoral.
Todos los presidentes de partido tendrán que dar cuentas de cuántas gubernaturas, diputaciones, alcaldías, ganó el partido bajo su dirección en las elecciones de julio, para eso echan mano de cualquier recurso, porque se están jugando su futuro político, por desgracia, parece ser que poco importara que en el camino hayan comprometido parte de la salud moral y política nacional futura.
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