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Plurinominales y promesas incumplidas del sistema electoral

  • fermarcs779
  • Aug 7, 2024
  • 2 min read

Diego Martín Velázquez Caballero  

El debate en torno a la desproporcionalidad que puede generarse a partir de la distribución de legisladores plurinominales carece de sentido desde una mirada retrospectiva y justa, los pecados capitales son posesión de todos y sólo después de la coyuntura tiene sentido la acción crítica. Los mexicanos votaron en un sentido y esto debe ser respetado; aunque no sea del agrado de los especialistas electorales inclinados por el modelo demócrata liberal. 

Durante muchos años los debates académicos intensos y estudios concienzudos respecto del sistema electoral mexicano, nunca fueron tomados en cuenta. Basta recordar las ideas de Manlio Beltrones respecto de la propuesta de Giovanni Sartori y la segunda vuelta electoral. ¿Estuvieron pendientes los partidos de los estudios que produce la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales? ¿Incluyeron a la academia en sus propuestas políticas? ¿Han leído diferentes estudios sobre indicadores electorales los del PRIANRD? Entonces, ¿Por qué nunca cambiaron el sistema electoral a tiempo? ¿De qué se quejan?   

Todos actúan en función de su capital político y buscan la permanencia en el poder. El Plan C, como en su momento lo hicieron Acción Nacional y el PRI Hegemónico, plantea la desaparición de los plurinominales. Quizá es mejor la desaparición de cacahuates y pilones para que el presidencialismo funcione mejor. Las mentes brillantes de la ciencia política mexicana nunca fueron capaces de convencer a los legisladores para diseñar un sistema electoral adecuado a la correlación de fuerzas políticas y sistema de gobierno, tampoco contribuyeron a cambiar la cultura política mexicana y, menos, el patrimonialismo de la clase gobernante. Tenemos lo que queremos, somos lo que hicimos. Es más digno que la oposición a Morena, deje gobernar a Sheinbaum Pardo y que le vaya bien.  

Si el grupo que integra la coalición de la 4T es una alianza electoral o partidos políticos distintos, en nada se relaciona con la democracia mexicana. El reparto de curules debe ser en función mecánica del texto operativo y no hay nada más que discutir. Pronto desaparecerá un sistema electoral que atascó la democratización mexicana durante más de tres décadas, así cada uno de los partidos obtendrá lo que en correspondencia social trabaje.  

La oposición a Morena no puede buscar en la judicialización electoral lo que no obtuvo en las casillas. Con todo y los riesgos que implica una elección mayoritaria como la del 2024, esta benefició ampliamente a Morena. Lo antidemocrático es oponerse a esta tendencia, aunque el pueblo esté equivocado; las cosas son como son, la razón nunca ha vencido a la realidad. La oposición y el círculo rojo que busca detener la expresión electoral de los mexicanos, siguen sin entender el mensaje del 2018 y 2024, mantienen la distancia de la sociedad y se cierran al cambio de época que vive el mundo.  

El mensaje de las elecciones solicita aproximación de la clase política a la sociedad, atención gubernamental, políticas públicas y respeto. La ciudadanía no pide cuentas chinas. El antilopezobradorismo tuvo un sexenio para competir, palmo a palmo, contra la Cuarta Transformación. Desperdiciaron todas sus oportunidades y siguen alejados de las mayorías, atascándose en una visión política que la cultura política mexicana rechaza de forma cruda y abierta.  

Morena ganó casi todo, la oposición ha fallado en casi todo; es tiempo de reinventarse.  

 
 
 

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