Qué país
- fermarcs779
- Sep 4
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Diario de un reportero
Miguel Molina
Vamos bien. Los números que ofreció la presidenta Claudia Sheinbaum en su primer informe pintan un país que crece, que está bien, y que va a estar mejor. Y los selectos invitados – porque no había nadie del pueblo bueno – que estaban en el Palacio Nacional aplaudieron.
La presidenta mencionó porcentajes, arrojó cifras, renovó promesas, y declaró que error fundamental de los gobiernos anteriores fue ignorar y acumular riqueza sin garantizar su distribución equitativa. Insistió en que México está bien y va a estar mejor. La élite empresarial que estaba ahí le aplaudió, y aplaudieron todos los demás que estaban ahí.
Pero el país no está bien. La violencia sigue: hay levantones, ejecuciones, extorsiones, cobros de derecho de piso y de trabajo, asaltos, amenazas, desapariciones, corrupción oficial, ineficiencia, y los miles de males que plagan al país pueden ser menos, pero siguen siendo. Y lo que sigue siendo sigue jodiendo a muchos mexicanos...
Igual que otros gobiernos, el informe pintó el México oficial. La gente tiene otros datos. Como en la fábula del medio pollo, estábamos dos sentados a la mesa y pedimos un pollo. Me comí un ala, y el de enfrente se comió lo demás. Según datos oficiales nos tocó medio pollo por cabeza. Qué país.
Transformación llena pero vacía
Habrá quien interprete el informe como una relación de buenos deseos, tal vez como una idea del país que queremos, con hospitales y medicinas y equipo y médicos, con carreteras sin baches en vez de baches con carreteras, con escuelas dignas y profesores que saben lo que hacen, con funcionarios
dignos, con burócratas honrados, sin pobres ni desempleados, ni familias que dependan de subsidios del gobierno, pero el país que queremos no es el que tenemos.
Habrá quien vea el informe como la prueba de que la cuarta transformación – donde la fidelidad a la causa era más valiosa que la experiencia – estaba y sigue estando llena de sueños pero vacía de ideas. Muchas veces, como ahora, lo que falta hacer es más importante que lo que se hizo, aunque las dos cosas sean obligación y no cortesía del gobierno, de cualquier gobierno, antes y ahora.
Como sea, el informe ofrece una referencia con la que se va a contrastar lo que se haga en el año que viene, y servirá para ver hasta dónde ha avanzado el gobierno de Claudia Sheinbaum y hasta dónde ha retrocedido el de antes.
Dos citas
Quienes consideran que el control de constitucionalidad es un elemento necesario para la democracia, afirman que sin este la democracia se transformaría en una tiranía de la mayoría (legislativa), un régimen donde los derechos y los límites constitucionales no son más que palabras sobre hojas de papel. Julio Ríos Figueroa, Cuadernos de Divulgación de la Cultura
Justicia es la perpetua y constante voluntad de dar a cada quien lo que le corresponde según su derecho. Ulpiano (170-228 o 223), Reglas, Libro I.
Vaya con las vallas
Ví las imágenes y apagué el sonido. El secretario de Finanzas y Planeación, Miguel Santiago Reyes, habló con los medios que fueron al parque de Los Berros para hacer una guardia de honor ante el monumento a Miguel Hidalgo
y Costilla. No supe qué dijo, pero parece que aseguró que las finanzas del estado van a estar en orden por primera vez.
Detrás del secretario se veían las vallas y los guardaespaldas que protegían a los funcionarios, señores de traje y señoras de vestido oscuro, más propio para un funeral que para la celebración de la independencia, pero eso es lo de menos. Lo que me llamó la atención es que hubiera esa división entre quienes tienen el poder y el resto de los ciudadanos, si la presidenta camina sin miedo y con cercanía por todo el país.
Quién sabe qué temen los funcionarios veracruzanos.
Desde el balcón
Uno mira las nubes que cruzan la frontera, llenas de lluvia que no tardará en caer, pero se queda en el balcón con la copa de malta en la mano y recuerda el lunes en que fue a tramitar el principio de su vida en otro país.
Dónde vive, preguntó el agente de la Policía Nacional. Vivo sin vivir aquí, dijo uno sin pensar en el verso de San Juan de la Cruz. Y muero porque no muero, completó el agente sin inmutarse. Y uno se habría quitado el sombrero si hubiera tenido un sombrero.
Ese día, uno se fue al bar de Boby y esperó a que le sirvieran la copa de Ribeiro que refrescó el mediodía, y repitió en voz baja el verso que faltaba: y de tal manera espero… Luego comió, durmió la siesta, y vino al balcón con la copa de malta y mira las nubes que cruzan la frontera en el crepúsculo.
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