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Trump. Escenarios para México

Diego Martín Velázquez Caballero  

 

Las posibilidades de que Donald Trump alcance la presidencia de Estados Unidos se han elevado exponencialmente, en forma proporcional a los medios que consideran sus detractores para detenerlo. La fractura social que manifiesta la sociedad norteamericana constituye una advertencia significativa para la relación entre México y la Unión Americana. Es verdad que las sociedades se conducen en forma ambigua respecto de lo que sus clases políticas manifiestan, es decir, frente a la retórica intransigente del trumpismo existe una realidad de la migración, narcotráfico y comercio que supera el entendimiento de las autoridades y dirigentes.  

Sin embargo, el impulso que ahora tiene el trumpismo también es un mecanismo de puertas abiertas para una ola de racismo y xenofobia distintivas de los populismos derechistas conservadores. El autor del atentado que casi le cuesta la vida al expresidente republicano representa a las fuerzas internas antitrump; empero, la reacción para proteger el republicanismo ahora se confrontará contra todo. El discurso antimexicano del trumpismo es axial y en la nueva etapa de su candidatura tomará elevación la piñata canónica del excepcionalismo yanqui.  

La ausencia de solidaridad con Trump del “amigou socialista” puede ser riesgosa en el futuro inmediato. En las campañas políticas norteamericanas, México tiene la culpa de todo y lo que falta: los musulmanes son mexicanos, los colombianos son mexicanos, la frustración social del magnicida es responsabilidad del encaje mexicano o del narcotráfico mexicano. ¿Cómo sacar a México del linchamiento político republicano?  

El triunfo de Donald Trump se manifiesta como una tempestad contra los mexicanos, principalmente los emigrantes y sus empleadores. La cultura política de la América Profunda es reaccionaria en extremo y está ganando simpatizantes de manera acelerada. También se tiene la lección histórica de que estos fenómenos pueden lastimar demasiado a las comunidades receptoras de migrantes mexicanos. Si el apoyo de Donald Trump se sigue allanando en el camino de la aporofobia, racismo y xenofobia; no habrá políticas ni amnistías al tipo Ronald Reagan o George Bush I. El clima de opinión alrededor del trumpismo es cada vez más antimexicano y, al menos, la crítica del servicio secreto estadounidense así como las erradas políticas del gobierno demócrata, también deben ser reconocidas desde nuestro país y hacer eco de las connotaciones políticas trumpistas que no afecten a los connacionales en Norteamérica.  

 

 

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