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Trump: la cruzada nacional cristiana

Xochitl Patricia Campos López


El nacionalismo cristiano y sus variantes se encuentran en disposición de apoyar a Donald Trump en las elecciones norteamericanas. El protestantismo esta repleto de interpretaciones libres respecto a la biblia cristiana; empero, existe un denominador común y valores compartidos que nutren la esencia y sustancia de la identidad norteamericana, especialmente WASP. Además de los muchos cristianismos, vale la pena destacar la propuesta de conservadurismo que se trasciende mediante JD Vance, candidato a Vicepresidente de los Estados Unidos por la fórmula republicana, y que se denomina Catolicismo Postliberal y retoma las ideas de la tercera vía que el antiliberalismo de Pío IX y León XIII establecieron en diferentes documentos. Aunque el catolicismo postliberal se aproxima a la idea del integralismo y nacionalismo católico, se plantea como algo que supera estas dimensiones.

La unidad entre nacionalismo cristiano y catolicismo postliberal permite atender la importancia singular que tiene el catolicismo norteamericano. La Iglesia Católica en Estados Unidos carece de la hegemonía que mantiene, por ejemplo, en Latinoamérica; de igual forma, para el catolicismo estadounidense la perspectiva del catolicismo hispano es lejana. El catolicismo anglosajón tiene conciencia de que la diferencia religiosa con el nacionalismo cristiano protestante es de 600 años; por ello, el catolicismo norteamericano será una extensión de la geopolítica yanqui que tratará de mantener influencia en Occidente y las subcivilizaciones que le corresponden.

La Santa Sede ha tenido en un espacio minúsculo a los católicos de Estados Unidos, es verdad que, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, Norteamérica buscó con ahínco la posesión de un Obispo de Roma. Después de la caída de la URSS, el escenario actual brinda una oportunidad para que los norteamericanos aspiren

Para el caso mexicano es importante considerar una dualidad en las consecuencias. En el caso de Morena se aprecia un conservadurismo real que se beneficiaría del triunfo de Donald Trump, las políticas antineoliberales y populistas del expresidente republicano coinciden con la Cuarta Transformación. Incluso, en el caso de que Estados Unidos abandone el libre comercio, nuestro país podría verse beneficiado por un security shoring que implica el subsidio mexicano indispensable a la economía yanqui. La derecha hispanista y la derecha proyanqui deberán resolver sus problemas jerárquicos e incluso civilizatorios, Eduardo Verastegui tiene una cercanía importante con Trump y Vance que no debería ser menospreciada.

En cambio, aunque Acción Nacional podría tener coincidencias plenas con el nacionalismo cristiano, el abrazo que dio al neoliberalismo le concatena a Kamala Harris y el partido demócrata. El PAN se comporta como un satélite del partido estadounidense que está en el gobierno; pero, ahora, debe comprometerse con el progresismo y la agenda 2030 del cosmopolitismo norteamericano. En las elecciones estadounidenses, el blanquiazul escupe para arriba porque debe elegir la democracia liberal sobre el nacionalismo católico. Claudia Sheinbaum y el progresismo morenista tienen una empatía superficial con el multiculturalismo de Kamala Harris.

El nacionalismo cristiano y el catolicismo postliberal establecen una alianza teológica que busca restablecer el equilibrio entre el hierro y el barro, el autoritarismo y la libertad, que antaño existía en una Guerra Fría preferible al choque civilizatorio.

La cruzada evangélica de Donald Trump no concluirá con el proceso electoral; cualquiera que sea el resultado, el nacionalismo cristiano se columbra como la próxima bandera estadounidense.

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