Trump y la Delta Farce
- fermarcs779
- May 6
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Diego Martín Velázquez Caballero
Haciendo una recapitulación de las pretendidas invasiones de Estados Unidos hacia México, cabe señalar que desde 1910 la Casa Blanca ha especulado sobre otra intervención como la de 1846; aunque, sin mucha certeza. Desde la rebelión de Francisco I. Madero, los Estados Unidos afirman que invadirán México un día sí y otro también. Quizá por eso ya no genera tanta animadversión en nuestro país, la presencia de máquinas de guerra, arsenal militar y fuerzas de seguridad norteamericanas. En México la sociedad está consciente del intervencionismo imperialista yanqui; pero, también el colonialismo se ha vuelto parte del paisaje.
George Friedman y Pablo González Casanova han imaginado un escenario de guerra de guerrillas para enfrentar una intervención militar de Estados Unidos; no es poca cosa, pero también es cierto que Estados Unidos contaría con toda la capacidad para imponer a México una derrota más grave que en el siglo XIX y, quizá, ese ha sido el principal problema. La Unión Americana tendría que hacerse responsable de México y, por lo visto con el fenómeno migratorio, la Casa Blanca no asimila la forma de absorber la república mexicana.
Trump como Nixon, Reagan, Bush e incluso Truman; es consciente de que la intervención militar sobre México se convierte en un curso de acción necesario para la regulación del trasiego de personas y bienes que incrementan el poder de la economía informal estadounidense; sin embargo, los efectos negativos todavía no representan una magnitud considerable a otras latitudes. México puede ser el infierno de los cárteles de la droga, pero no tiene la importancia de Ucrania, Korea del Sur, Thailandia, Filipinas, Polonia o Japón. El pentagonismo ningunea la posición geopolítica mexicana; aunque implica un flanco importante en la gobernabilidad estadounidense.
Estados Unidos se anticipa incompetente para gobernar México en forma directa e integrarlo a su estructura territorial. Prefieren el Modelo Habsburgo para mantener el orden, aunque sean necesarias algunas intervenciones fuertes. No obstante, el tiempo que concede la indecisión norteamericana implica una ganancia y utilidad para los Cárteles de la Droga y la economía informal.
El despliegue de barcos y aviones norteamericanos hacia México seguramente es más oneroso que efectuar una política de salud que busque disminuir el consumo de drogas en la población norteamericana, o bien, implementar una política de salarios justos para los grupos estadounidenses no blancos; sin embargo, el Deep State lo prefiere así. México tiene como destino a Norteamérica, pero los Estados Unidos todavía no comprenden para qué ni quieren investigarlo.
En el corto plazo, es probable que las fuerzas militares estadounidenses participen en los desfiles mexicanos para hacer algo. Mientras tanto, todavía tardará mucho tiempo para acomodar y aprovechar la gravitación que ejerce Estados Unidos sobre México generando una dependencia total. En México, las clases populares no encuentran alternativa a vivir sin Estados Unidos y las clases altas tampoco encuentran la forma de competir en el mercado
norteamericano. Como la Delta Farce, Sheinbaum y Trump, México y los Estados Unidos saben que deben estar juntos, pero saben cómo encontrarse.
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