Una lista larga

Diario de un reportero

Miguel Molina

Hasta la semana pasada, cuatrocientas cinco personas habían renunciado a sus candidaturas a presidentes municipales, síndicos y regidores, propietarios y suplentes en setenta y tres municipios de Veracruz.

La lista es larga, pero vale la pena verla para darse una idea del efecto de la violencia en Veracruz, rinconcito de patria donde hacen su nido las olas del mal: Tlacotalpan, Nanchital, Tuxpan, Tres Valles, Pueblo Viejo, Otatitlán, Isla, El Higo, Jesús Carranza, Boca del Río, Zontecomatlán, Coatapec, Pánuco, Tantoyuca, Tenampa, Xalapa, Tepatlaxco, Platón Sánchez, Actopan, Cosamaloapan, Catemaco.

También Las Choapas, Gutiérrez Zamora, Magdalena, Chicongtepec, Tamiahua, Texisptepec, Alvarado, Manlio Fabio Altamirano, San Juan Evangelista, Tamalín, Emiliano Zapata, Zongolica, Citlaltépetl, Lerdo de Tejada, Chocamán, Minatitlán, Tierra Blanca, Cuichapa, Naranjal, La Perla, José Azueta, Juchique de Ferrer.

Y Álamo Temapache, Apazapan, Nogales, Landero y Coss, San Andrés Tenejapan, Miahuatlán, Cosoleacaque, Chinameca, San Rafael, Yecuatla, Atoyac, Alto Lucero, Ixhuatlancillo, Tempoal, Perote, Córdoba, Tlaquilpa, Teocelo, Camarón de Tejeda, Papantla, Benito Juárez, Acatlán, Poza Rica, Carlos A. Carrillo, Las Vigas.

Y Coetzala, Rafael Delgado, Ixhuatlán de Madero, Tlapacoyan, Jáltipan, Ixtaczoquitlán, Fortín, La Antigua, Martínez de la Torre, Sayula de Alemán, Mecatlán, Omealca, Banderilla, Moloacán, Pueblo Viejo, Úrsulo Galván, Camerino Z. Mendoza, Espinal, Acayucan, Tomatlán, Ayahualulco, Paso del Macho, Agua Dulce.

Y Cotaxtla, Medellín de Bravo, Maltrata, Huatusco, Cerro Azul, Jilotepec, Tlachichilco, Santiago Sochiapan, Soteapan, Tepetlán, Astacinga, Ixhuatlán del Café, Ixhuatlán de los Reyes, Amatlán de lo Reyes, Atzalan, Zacualpan, Tlalixcoyan, Mariano Escobedo y Tlaltetela. Prácticamente en todas partes.

Hay miedo, hay amenazas de norte a sur. Nadie o casi nadie se salva. La fuerza del Estado no existe. La mano de la maña no se esconde: está más visible que nunca. Pero hay que pensar más allá de las elecciones municipales. Quién sabe hasta dónde está metida esa misma mano en las elecciones de jueces y magistrados del poder judicial de la cuarta transformación. Quién podrá salvarnos.

Los expertos

Y entonces aparecieron los expertos náuticos, que hasta ayer habían pasado su existencia sentados en las salas de sus casas, lejos de cualquier mar y cualquier cuerpo de agua navegable.

Todavía no se sabe bien por qué se estrelló contra el puente de Brooklyn el Cuauhtémoc, buque insignia de la marina nacional, y ya hay teorías en las redes sociales sobre lo que pasó: fue un descuido del capitán del barco, fue porque la cuarta transformación recortó presupuestos y no hay dinero para mantenimiento, fue porque antes del choque subieron a hacer propaganda para candidatos de Morena, fue porque lo que haya sido.

A la larga, mil mentiras en las redes sociales se convierten en una verdad universal. Y hay quien las cree y las comparte. Y cuando se publique el informe sobre el choque, habrá quien no lo crea y sostenga que se trata de un compló para ocultar la verdadera verdad. La única y verdadera verdad por el momento es que murieron América Yamileth Sánchez Hernández y Adal Jair Maldonado Marcos. Descansen en paz.

Vicios gramaticales

Tres vicios gramaticales se han puesto de moda. Uno es comenzar oraciones con un verbo sin sujeto, como si quien las dice estuviera leyendo notas en su cuaderno: Decirles que tal o cual, en vez de quiero decirles, olvidaba decirles, me gustaría decirles, tengo que decirles, que ponen en evidencia a quien las dice, casi siempre un funcionario o un político. O una funcionaria o una política.

El segundo es creer que el lenguaje inclusivo consiste en poner los y las antes del sustantivo, y todos tan contentos. Lo acabo de ver en grandes letras en un acto del gobierno de Veracruz en el Día de las y los maestros. Eso se llama pereza gramatical. Si uno quiere ser inclusivo, se toma la molestia de decir Día de las maestras y de los maestros, que no cuesta trabajo. Sobre todo si se trata de un acto de la secretaría de Educación.

El tercero – aunque hay más – es usar los números como quien sabe qué está diciendo: Este es el ochenta aniversario de algo. No. No hay ochenta aniversario de nada porque no hay uno aniversario ni dos aniversario ni tres aniversario ni nueve aniversario de nada. Pueden ser los ochenta años, pero el aniversario siempre será el octogésimo. O el primero, o el tercero, o el noveno.

En fin. Quienes hablan así son personas con cargos y responsabilidades públicas, que representan a la autoridad de una cosa o de otra. Habría que decirles a las oradoras y los oradores que así no se habla, pero quién le pone el cascabel al gato.

Desde el balcón

Uno vuelve al balcón original, frente a los árboles, con vista al fragor de la fiesta de las ranas en el jardín de junto, y deja que el sol brille en la malta de la copa que uno tiene en la mano. Es una vaina de no creerse, como habría dicho el clásico. Más allá de los árboles, uno adivina las voces de quienes súbitamente se volvieron expertos en maniobras náuticas.

Cuando anochece, llueve. Uno termina pensando en don Justino Reyes y en los diecisiete años que lleva esperando que el gobierno de la cuarta transformación en Veracruz le pague los salarios caídos que le debe. Uno alza la copa, la mira, bebe un sorbo de malta, y espera. El mundo sigue.